lunes, 18 de septiembre de 2017

MAURICIO Y SU VUELTECITA

     Aprovechando la ausencia de Esperanza su linda esposa quien se encontraba de viaje, Mauricio, nuestro entrañable hijo número dos, pensó que era una buena oportunidad para invitar a sus padres a dar una vueltecita en plan de paseo a bordo de su preciosa nave que es una verdadera casa rodante capaz de albergar hasta seis o siete personas durmiendo tan cómodamente como en un hotel. Desde luego que nosotros aceptamos con mucha ilusión y gran agradecimiento.

     Cuando ese impresionante vehículo es ubicado en el espacio previamente contratado en el Parking donde tiene uno planeado hacer escala, es necesario situarlo en el punto asignado para entonces proceder a las siguientes acciones: Hacer bajar automática y eléctricamente los cuatro “gatos” que al hacer contacto con el suelo nivelan el vehículo dejándolo en perfecta posición horizontal y tan firme como si no tuviera de por medio sus seis ruedas enllantadas.


     Acto seguido, se procede a la conexión de la energía eléctrica, agua potable, cable tv y por último la tubería al drenaje.

Inicia la vueltecita, el RV listo y con la camioneta ya enganchada.    

     La referida nave, último modelo, conocida popularmente como RV que es la abreviatura de Recreation Vehicle, cuenta (de adelante hacia atrás) con el área que podríamos llamar cabina de piloto y copiloto con un asiento extra que se puede o no situar en medio de ambos para quien se puede encargar de ir checando la ruta valiéndose de los mapas correspondientes, de los caminos, las distancias, los tiempos, las reservaciones para llegar seguros a los llamados “Parkings” en donde se estacionan estos vehículos.

     Cabe referir que en el interior y sobre el parabrisas, precisamente arriba y enfrente al asiento del copiloto, cuenta con una pantalla de tv que sirve de distracción para los acompañantes de quien va manejando y además se puede conectar con el navegador para ver los mapas y la ruta que se va siguiendo.
    
     El tablero de instrumentos, además de los usuales en cualquier tipo de vehículo como pueden ser el velocímetro, tacómetro, gasómetro, amperímetro y termómetro, cuenta con otros muy sofisticados que le ofrecen muchos datos sobre las distintas presiones y temperaturas del combustible y de la máquina. Tiene además como equipo muy útil y necesario, las cámaras que por medio de las pantallas, le permiten al conductor ver hacia adelante y hacia atrás del propio vehículo.

Los mandos a cargo de un seguro Piloto llamado MAU.    

     También es oportuno comentar que el referido RV cuenta con su propia planta de luz y que en un momento dado proporciona corriente al vehículo en general, como el Aire Acondicionado, la iluminación interior, el refrigerador, el horno, el tostador, etc., y especialmente a las bombas de combustible que abastecen al potente motor Cummings a diésel con 360 Caballos de Fuerza.  Esa planta surte de energía eléctrica cuando en los Parkings muy rara vez no cuentan con ese servicio.

     Más atrás se encuentra el área de la cocina y el comedor. La cocina consta de fregadero de dos tarjas y equipado con triturador, estufa de cuatro parrillas y hornos de gas y micro. Además cuenta con licuadora, extractor y la cubertería necesaria. Su refrigerador y congelador tan amplio como el mejor que puede uno tener en casa.



Cristy en el área de  la cocina, se ve el fregadero, la estufa, el micro, atrás el refrigerador y en seguida la chimenea, la tv y más allá la recámara principal.    

     En cuanto al comedor, está integrado por una mesa con cubierta de granito. En torno a ella, un asiento en forma de “U” y agregando un par de sillas tiene capacidad para seis o siete personas. Por cierto que llegado el momento, la mesa desciende y prácticamente se integra al piso para permitir por la noche, la automática instalación de una cama para dos personas.

El espacio destinado al comedor, frente a la cocina.    

     En seguida, se encuentra un confortable espacio amueblado también en forma de herradura en torno a una chimenea de gas para cuando el tiempo y la temperatura lo requiere, en la parte superior, una pantalla de tv de muy buenas dimensiones conectada al cable, a la antena o a la reproductora de películas a base de videodiscos. Esa sala se puede convertir en recámara ofreciendo la oportunidad de contar con otras dos camas para una o dos personas en cada una. Inmediatamente atrás, se encuentra la lavadora y secadora de ropa.


Cristy y Mau en la salita frente al televisor sobre la chimenea. 
Al fondo se ve la piecera de la cama y la puerta del baño. 

     A un lado de la referida chimenea se encuentra la puerta que da paso a uno de los dos cuartos de baño que cuenta con todo lo necesario. Cuando accesas a la última sección, en el fondo del RV, encuentras la recámara principal equipada con una estupenda king size y todavía hay espacio libre para pasar por un lado y por el otro. Esa cama cuando deja de servir como tal, se desplaza eléctricamente y se coloca verticalmente sobre el muro que corresponde a la cabecera. La cama ya movida en posición vertical, adopta una posición en escuadra y dejando una cuarta parte de su dimensión para ser usada como un sofá. El resto del espacio libre se puede aprovechar durante el día y además, permite registrar los dos closets y el mueble cajonera para guardar la ropa menuda. Sobre esa cajonera, hay un amplio espacio para colocar diversos objetos antes de ir a la cama. Arriba se encuentra otra magnífica pantalla de tv. 

     Esa es la descripción de cómo está equipado ese mágico vehículo que gracias a la generosa invitación de Mauricio ahora teníamos la oportunidad de  disfrutar al máximo.  
  
     Pues regresando a los orígenes del paseo, resulta que recibimos la cariñosa llamada telefónica de Mauricio confirmando la invitación para dar una vueltecita en su flamante RV dándonos la fecha en que podíamos iniciar el paseo. Nosotros aceptamos con mucho gusto sin imaginarnos adonde nos iría a llevar, así es que aguardamos unos días para estar listos una vez que nos anunciara su llegada.

     Así fue que: El Viernes 7 de julio de éste 2017 Mauricio salió de su casa en Wimberley en el estado de Texas a bordo de su “casa rodante” y remolcando su camioneta GMC. Como caso muy especial, viajaba solo. Esperanza su linda esposa,  se encontraba de viaje y segurito que en ésta ocasión tanto él como nosotros, la íbamos a extrañar mucho. Cumpliendo con la primera etapa, llegó a San Agustín, un interesante e histórico pueblo que se encuentra en el norte de la península de La Florida, ahí ingresó al Parking en donde previamente había reservado el espacio y ahí, la ingresó y dejó instalada su preciosa nave. Al día siguiente, salió en su camioneta con  dirección a Miami y después de dieciocho horas de manejar llegó a casa en donde lo recibimos con mucho gusto.

     Sábado 8 de julio. Mauricio había arribado a casa en Miami a bordo de su potente GMC que además de ser una super útil pickup, cuenta con una cómoda cabina para cinco pasajeros. El había viajado desde su casa en Wimberley, cerca de Austin (capital de Texas), a bordo de su enorme RV y jalando enganchado en la parte posterior su pickup. 

Además del herraje, las luces de las calaveras.    

     Al día siguiente, domingo 9 después de un merecido descanso, abordamos su camioneta y tomamos la ruta para San Agustín. Al cabo de unas cinco horas de camino, llegamos al parking donde aguardaba la fabulosa nave y después de un sándwich y un buen café, dormimos en ella plácidamente.

      El lunes 10 y sin imaginarnos hasta dónde íbamos a llegar, al término de un sabroso desayuno que preparó Cristy a base de fruta, huevitos, café y pan con mantequilla y mermelada, emprendimos el paseíllo, (tal y como Mauricio se refirió), despidiéndonos de esa pequeña y agradable ciudad de San Agustín.

Un breve paseo por la histórica ciudad de San Agustín, todavía en el estado de La Florida.    
  
     Después, nos hizo saber que el siguiente punto y ya en el estado de Georgia visitaríamos otra muy agradable ciudad que se llama Savannah. Esa ciudad nos cautivó, es sencillamente fuera de serie, nos gustó mucho la calle que corre a la orilla del río y que está plena de pequeños restaurantes y atractivos comercios, La solución urbana de esa pequeña ciudad, contiene un buen número de placitas a cual más pintorescas. Esa noche cenamos muy sabroso en el restaurante “Don Corleone” y después volvimos a nuestro hotel rodante.


De Savannah continuamos a Asheville.

     El martes 11 felicitamos telefónicamente a nuestro nieto Horacio, hijo de Mauricio, por su 24º cumpleaños y alrededor de las 8.00 am., desayunamos en “nuestro” exclusivo restaurante particular y salimos con dirección a otra ciudad llamada Asheville en el estado de North Carolina.  Llegamos a nuestro parking, llamado: Red Parking. Después de pasear para arriba y para abajo, nos detuvimos a comer en un muy recomendado BAR-B-Q.

Cruzando grandes puentes semicolgantes.    

     Todavía tuvimos tiempo y luz para pasear y conocer esa población que fue muy de nuestro gusto. Más nochecito, cenamos en el restaurante “Carmel” donde quedamos muy satisfechos. Después hicimos un buen super para habilitar plenamente la despensa y el refrigerador del RV y a las once de la noche nos dimos las buenas noches.

     Miércoles 12, ahora, nos aproximábamos a otro gran atractivo turístico, se trataba de otra gran experiencia, la visita a la gran Mansión Biltmore que es considerada como la mansión más grande de los Estados Unidos, típica consecuencia de la Edad Dorada Americana.  La referida pocilga, consta de 250 habitaciones, 34 dormitorios, 43 cuartos de baño, 65 chimeneas, 102 escalones en su monumental escalera helicoidal, 72 bombillas o focos en una sola lámpara en la entrada principal. La mansión fue  construida con 11 millones de ladrillos.



La Residencia de la familia Biltmore obra del arquitecto Vanderville.    

     El Proyecto y la construcción fue encargado en 1894 fue al arquitecto Richard Morris quién se inspiró en tres castillos franceses: el Royal Chateau de Blois, el Chateau Chenonceau y el Chambord del Valle de Loira. Originalmente fue construida para la familia del señor George  Vandervilt  y encargada al arquitecto Vanderville para ser habitada y disfrutada por la familia Biltmore.



El Salón de Música y uno de los comedores.




El área de desembarque de la escalera en la planta allta y la enorme Biblioteca.

     El jueves 13 después de un buen descanso y una vez habiendo disfrutado de una sabrosa ducha y de un magnífico desayuno con huevitos, café y una buena rebanada de pastel, Mauricio, que se había autonombrado “Piloto Oficial”, sin que nadie estuviera en desacuerdo, nos dijo que ahora íbamos con rumbo a las Carolinas y así fue, cruzamos los preciosos paisajes que nos ofreció South Carolina. Más tarde conectamos con North Carolina, en donde tuvimos la oportunidad de cruzar por esas incomparables montañas y muy especialmente por un especial paseo conocido como: “Blue Ridge Parkway”, también conocidas como “Risco Azul” o como “Montañas Humeantes”. La verdad es que jamás imaginamos que hubiera ese verdadero regalo de la naturaleza, es una sucesión de paisajes que a través del recorrido de una sinuosa carretera de muy bajo tráfico, puede uno ir disfrutando de esa interminable y bellísima experiencia.


En el camino, un verdadero mar de Girasoles.

     Al día siguiente, viernes 14 disfrutamos de un buen desayuno, toronja, fresas y plátano, huevitos y café con una rebanada de panqué, salimos del parking y un poco más adelante, aprovechamos la oportunidad de cargar combustible en una especial estación que surte diésel a vehículos de grandes dimensiones como en el que navegábamos. Ingresamos al estado de Pennsylvania y después de un buen número de millas, llegamos a Laurel Highlands que es la localidad en donde se encuentra la famosa “Casa de la Cascada” o “The Fallingwater”, también conocida como “La Residencia Kaufmann”, obra famosa del arquitecto Frank Lloyd Wright, (1867-1959).


La Casa de la Cascada de Frank Lloyd Wright vista desde  sus dos flancos.    

     Tuvimos la oportunidad de visitarla y de observar los detalles sobresalientes en cuanto a su solución arquitectónica y múltiples detalles armonizando con una cascada natural que ahí se encontraba confundida con el paisaje y sobre todo si también considera uno la ya lejana fecha en que logró realizarla, (1936-39).

     Después de tan interesante visita, hicimos una breve pausa para lonchear y proseguimos nuestro camino porque el millaje por recorrer estaba muy comprometido. Total, llegamos al límite del estado e ingresamos al estado de Michigan con el propósito de llegar a la ciudad de Detroit adonde por fin llegamos a nuestro reservado espacio en el Parking Lord Willing a la una de la mañana después de la media noche. Nos instalamos en el sitio previamente contratado y descansamos.

     Sábado 15 día de los Enriques y recordando a mi entrañable hermana Quetita, después de la comprometida tirada del día anterior y gracias a la fortaleza de Mauricio, nos reconfortamos con una buena duchada, desayunamos con apetito y mucho gusto y nos dispusimos a trasladarnos a bordo de la GMC hasta el Museo Henry Ford de Dearborn ubicado en el estado de Michigan,  para disfrutar de todo lo que esperábamos ver en cuanto a automóviles, camiones y buses, locomotoras y hasta aviones, entre ellos el famoso “Spirit of St. Louis” de Charles Lindbergh en el que logró la travesía sin escalas de Nueva York a Paris en mayo de 1927 y entre otros vehículos, el Lincoln SS-100-X fabricado en el año 61 en el que viajaba el presidente John F. Kennedy cuando le dispararon.

Mauricio limpiando los anteojos del RV.    

     Cuando terminamos el recorrido, nos trasladamos a la famosa “Villa”, área aledaña al museo Henry Ford. Se trata de una pequeña ciudad museo en donde puede uno visitar ciertos lugares por demás interesantes como pueden ser la casa y el laboratorio de Thomas Alva Edison y otros famosos personajes. Un detalle muy atinado es que por las calles de La Villa, circulan constantemente un buen número de automóviles Ford originales de clasificación “T” modelo que fue conocido coloquialmente en EU como: “Tin Lizzie” (1908-1927) y que están perfectamente bien conservados.

La entrada al Museo Henry Ford.  

El Lincoln, del asesinato del Presidente Kennedy.    


En La Villa, uno de los múltiples Fordcitos “T”.

     Cuando salimos de esa interesante área y a bordo de la GMC nos dirigimos al centro de la ciudad de Detroit y al pasar cerca del enorme Estadio Comerica con un aforo de 43,200 asistentes con el que cuenta orgullosamente la ciudad, nos percatamos de que había muchísima gente pues en un unos cuarenta minutos empezaba el partidazo de Base Ball entre Detroit y Toronto. Mauricio, no lo pensó dos veces, estacionó la camioneta y acudió a abrirse paso para llegar a la taquilla y adquirió unas magníficas localidades que logramos ocupar valiéndonos del fuero que adquiere uno cuando circulas a bordo de una silla de ruedas. Gracias a todo ello, llegamos a nuestro privilegiado lugar cinco minutos antes de la iniciación del partido.



Cristy y yo disfrutando de los hits,  (Foto: Mauricio). 

     La verdad es que nos contagiamos del entusiasmo del público asistente y disfrutamos de un buen partido sobre todo con el resultado final dando el triunfo a nuestro equipo de Detroit.     
  
     Así terminamos con nuestro paseo que prácticamente duró todo el día. Por la noche, ya situados en nuestro Parking, cenamos y disfrutamos de una gran película que increíblemente el único que la había visto era precisamente yo. Se trataba de “El Padrino I”, la gran película que indiscutiblemente hicieron destacar los grandes actores Marlon Brando y Al Pacino.   

     Al día siguiente, domingo 16 empezando el día, la tomamos con calma y después del desayuno, ya que estábamos en la azotea de los Estados Unidos muy cerca del Canadá, nos propuso ir a comer a algún buen restaurante de Niagara para disfrutar de ese  agradable día contemplando las impresionantes Cataratas del Niagara. Desde luego que nos entusiasmamos y después de 43 años de haber estado ahí, precisamente cuando llevamos a Mauricio de doce años al Maur Hill School en Kansas, City para que aprendiera Inglés, pudimos volver a disfrutar de esa experiencia contemplando las fenomenales y famosas cataratas.

La decisión de pasar al Canadá    

Mauricio y su mamá a un lado de la caída principal.    



Desde nuestra mesa en el  Restaurante EME  Elements  de frente a la mejor vista.    

     Llegamos a bordo de la GMC y gracias a la silla de ruedas, por donde quiera que nos acercábamos la gente en general dando una muestra de alto respeto y civismo, nos daban paso y facilidades para estar en primera fila, disfrutando de tal espectáculo. Después de un rato y muy satisfechos de nuestra inesperada experiencia, acudimos al restaurante EME Elements que está situado exactamente frente a la cortina de la caída principal y mientras disfrutamos de nuestro clam chowder, rematando con un buen corte de rib eye y una copa de vino rojo, no dejamos de ver ese incomparable espectáculo.

     Cuando juzgamos que había sido suficiente, 8.00 pm., dejamos Niagara y decidimos regresar a Detroit cruzando los estados de Nueva York, Pennsylvania, Ohio, Indiana y por fin Michigan, donde nos aguardaba el RV, pero ahora, el regreso fue por Búfalo, pues aunque el tramo por recorrer era más largo, la velocidad máxima permitida era de 70 mph en vez de 60 mph que permiten en Canadá, evitando así que Mauricio sintiera tedio y riesgo de sueño.

     Por fin y gracias a la impresionante resistencia de Mauricio llegamos con bien a nuestra nave alrededor de las dos de la mañana. Descansamos y al día siguiente lunes 17 después de un sabroso desayuno hecho a bordo, ordenamos todo lo relacionado con la mesa del comedor, vajilla, etc., abordamos y “dirigimos” nuestra potente GMC con rumbo a la famosa Isla Mackinac todavía dentro del estado de Michigan. En esa isla que sabíamos de su gran atractivo, existe The Grand Hotel, que se hizo famoso porque ahí se filmó la película hollywoodense Pide al Tiempo que Vuelva protagonizada por Christopher Reeve, Jane Seymour. Christopher Plummer y Teresa Wright que cuando se estrenó armó gran revuelo. 

Entrada al muelle para embarcarse a la Isla. 

Navegando hacia Mackinac. 



Mapa del área donde está la Mackinac.