lunes, 10 de agosto de 2015

ALFREDO SADEL



Sabes quien fue?

     Alfredo Sánchez Luna nació en Caracas, Venezuela el 22 de febrero de 1930. Sus padres fueron Manuel Sánchez Benitez y doña Luisa Amelia Luna. 

     Sus primeros años escolares los desarrolló en el Colegio Domingo Savio y unos  años después, en 1944 cuando ya cursaba el Segundo de secundaria,  se vió precisado a dejar esa institución por razones de tipo económico que experimentaba su familia. 

     Simultaneamente, desde muy temprana edad mostró una gran inclinación por la música y en especial por el canto. Ese gusto por cantar hizo que se acercara al famoso y exclusivo Orfeón del Colegio Salesiano.


Alfredo de doce años en el Orfeón Salesiano.


     Pero como el padre de Alfredo resultó  ser un infiel esposo e  irresponsable y desobligado padre de familia, el joven estudiante tuvo que ausentarse de esa acreditada institución. 

     Cuando Alfredo contaba ya con catorce años, fue que conoció a su nefasto papá, de quien se llegó a saber que engendró cincuenta y un hijos. 

     No obstante la total falta de apoyo por parte de su padre, pero por la indudable facultad que mostraba el joven Sánchez para el canto, los sacerdotes Salesianos Calderón y Sidi lo apoyaron intensamente para que no interrumpiera sus estudios de canto.

     Pasado el tiempo, ya más madurito, se le presentó la  oportunidad para cantar en la Catedral de Caracas y poco más tarde pudo aprovechar las facilidades que le ofrecieron para hacer una gira con el Coro presentándose en la Ciudad de México, en Nueva York y en Buenos Aires, la capital Argentina.

     En una segunda oportunidad, pudo cubrir la gira cantando en Barcelona, Salzburgo y Milán sin descuidar sus estudios y su dedicación por el Solfeo, Piano y Armonía.

     Dadas las facultades que tenia para el dibujo, la pintura y la caricatura, paralelamente a sus estudios musicales, pudo colaborar para una agencia de publicidad, logrando así algunas entradas de dinero contribuyendo así con la economía familiar.

     Así, poco a poco siguió progresando y afortunadamente llegó el feliz día en que grabó su primer disco. Desde luego que dado el tiempo que se vivía fue en 78 RPM en el que incluyó el bolero “Desesperación” y el pasodoble “El Diamante Negro” como homenaje al torero Luís Sánchez.

     Fue entonces que decidió adoptar como nommbre artístico el de Alfredo Sadel, tomando como base para tal efecto el “Sa” de Sánchez mezclado y complementado con el “del” del apellido de Carlos Gardel resultando así su nuevo apelativo: “Sadel”. 

     Entonces fue que resultó ser recomendado para formar parte del elenco de Radio Caracas firmando con Discos Rex para la producción de su segundo disco conteniendo otra vez el pasodoble “El Diamante Negro” e incomprensiblemente el “Mambo número Cinco” de Dámaso Pérez Prado, resultando ser contra lo pronosticado un verdadero éxito en cuanto a las ventas.

     En aquellos días, el tenia predilección por dos artistas: Carlos Gardel e Imperio Argentina, en sus ratos de soledad acostumbraba escuchar sus grabaciones.

     1950  Cuando contaba con veinte años, se le presenta la primera oportunidad de hacer cine participando en la película “A la Habana me voy” compartiendo el  cartel con Blanquita Amaro, con Otto Sirgo y con el argentino Tito Lusiardo. 

     En este año, también cantó como figura Estrella de Radio Continente, logrando un record de ventas con “Mentiras”, “Dejame Olvidar”, “Anoche te amé” y “Magia Blanca”. Con éstas interpretaciones y con la idea promocional del Director Alfredo Ferrara, se le galardaonó como “El Tenor favorito de Venezuela”.

      1951  En este año incursion nuevamente en el cine haciendo el papel estelar de la pelicula “Flor del Campo” en donde tuvo que montar “a pelo” un brioso caballo. Afortunadamente ésta película rompió los records de taquilla en Venezuela.

     En éste año, también tuvo la experiencia de cantar acompañado por la gran orquesta “Billo’s Caracas Boys” que estaba muy de moda y con la que grabó dos canciones que estaban muy de moda: “Cuento Español” y “Canción sin Título”.     

      1952  Ahora se le ha presentado la oportunidad de hacer Teatro y en pleno Nueva York. También lo invita Ed Sullivan a participar en su afamado programa de televisión en donde se le consideró: “El artista latino más popular en los Estados Unidos”. 

     1955  Con gran éxito debuta en La Habana, Cuba, concediéndosele la distinción de que cuente con su propio programa. Al mismo tiempo con RCA Víctor graba un nuevo disco con el que logra polularizar su canción “Mi Canción”. También, como un reconocimiento a su calidad humana y a su voz, en la ciudad habanera le pusieron el nombre de Afredo Sadel a la calle donde se localizaba la radiodifusora Radio Progreso.

     1957  En éste año, el gran tenor mexicano Genaro Salinas cumplía con determinados compromisos en la Argentina en donde prácticamente se había residenciado desde hacía ya algunos meses.  En determinado momento Genaro viajó a Caracas en donde había aceptado presentarse interpretando magistralmente su muy selecto repertorio. 

     Se cuenta que durante sus actuaciones en esa ciudad caraqueña, estrechó relación  con alguna señora que era esposa de algún importante gobernante. Desgraciadamente ésta absurda historia llegó a fatal desenlace, Genaro Salinas apareció muerto bajo un puente en algún lugar de la ciudad. Al enterarse de ello,  Alfredo Sadel se colapsa por el trágico final del gran cantante mexicano a quien admiraba y profesionalmente reconocía y respetaba. 

     Su impresión sentimental llegó a tal grado que él personalmente se abocó a cubrir los gastos de preparación del cuerpo y de enviarlo al lado de sus familiares en México. A ese grado llegaba la admiración que Alfredo sentía por su colega.

     Los familiares de Genaro, su basto público y la sociedad mexicana toda, se lo agradecieron de corazón.  
       
     Simultáneamente, Alfredo Sadel trabajaba arduamente a favor de  “FUVEA” (Fundación Venezolana de Artistas en Escena), esa fundación es un equivalente a la famosa ANDA de México.

     Al mismo tiempo, en este año y debido a la gran popularidad del boxeador Raúl “Ratón” Macías, se nicia la filmación de una película en la que el campeón mexicano comparte los estelares con Anabel Gutierrez y con el famoso Tenor caraqueño.

SALIMOS MOMENTANEAMENTE DE LA BIOGRAFÍA  PARA HACER UN COMENTARIO EN  RELACIÓN A ESTA PARTE DE LA HISTORIA:

      Creo que es una oportunidad para comentar que ésta película consecuencia de la gran popularidad que ya había alcanzado el gran campeón “Ratoncito” Macías iba a ser  dirigida por el popular cineasta “Chano” Urueta. 

     La historia, tema de la película: El “Ratón” es un mecánico de autos que tiene su propio taller. A media cuadra de distancia existe una tienda muy bien puesta en donde venden instrumentos musicales, partituras y discos. Esa tienda es propiedad del papá de Anabel Gutierrez.

     Ella tiene un Fortingo del año 36 convertible en el que va y viene y entre sus amistades en aquel barrio, cuenta con la mano amiga del mecánico y lleva su auto con mucha frecuencia a que le den mantenimiento. El maestro mecánico dueño del taller, llega a enamorarse de ella. 


Anabel en su Fordcito 36 convertible y rojo.


     Un buen día aparece por ahí buscando una confusa dirección  un joven extranjero (Alfredo Sadel) que anda perdido. Tampoco encuentra a la persona que busca y para agravar más su situación, se ha quedado sin dinero.

     Raúl quiere ayudarlo y le ofrece un espacio en su casa donde vive con su madre. El nuevo huesped agradecido corresponde ayudando en el taller y no tarda en conocer a Anabel que al oirlo cantar en la tienda de su padre termina enamorándose de el. Raúl sufre en silencio pero además entiende.


 Alfredo canta, Anabel se enamora y el Ratón comprende.


     Un día, unos maleantes que traficaban con autos robados, golpean a Alfredo y le afectan su privilegiada garganta. Los médicos advierten  que si no se opera perderá la voz y  el cuadro se presenta difícil pues no hay dinero para cubrir los gastos.

     Raúl ha prometido a su madre que para no hacerla sufrir no volverá al ring, pero habla con ella y le explica la situación del cantante. La bondadosa mujer acepta que el firme una pelea para tener el dinero para operar a su amigo, con la advertencia de que si Raúl pierde la pelea no habrá un centavo. 

     El indomable campeón gana la pelea y obtienen el dinero. Alfredo recupera la voz y a Raúl  se le encaja una despampanante mujer que solo quiere con el. 

     El fin de la película: Alfredo vuelve a cantar, Anabel lo adora; Raúl satisfecho, vuelve al ring por un par de peleas más, ahora ha refrescado su fama y tiene a la mujer más bien formada de la nación y todos contentos.


…….y todos felices.


     Y yo,….. yo que tengo que ver con todo ésto?…….Pues resulta que un buen día transitaba en mi Fordcito 36 convertible por una conocida avenida de la ciudad de México y sorpresivamente fui alcanzado por un Cadillac verde manejado por un suigéneris personaje de abundante y blanca cabellera. Se trataba del director de cine Chano Urueta que me pidió que le rentara mi auto para una película del “Ratón” Macías para que aparentara ser el auto de la bella y simpática  Anabel Gutierrez.

     Desde luego que yo acepté el trato y él aceptó mi solicitud para acudir a los Estudios Churubusco para ver como filmaban con mi colorado carrito.

     Eso me dió la oportunidad de conocer y disfrutar de la sencillez y bondad de ese ejemplar boxeador que después llegó a ser mi amigo hasta el último día de su vida.


Con mi amigo Raúl algunos años después.


     A la alegre y guapa Anabel Gutierrez, quien desde tiempo atrás, a lo largo de su brillante carrera nos ha regalado gratos momentos a través de la gran cantidad de películas en las que ha participado. 



     Y a ese incomparable y prematuramente desaparecido cantante venezolano Alfredo Sadel. Para mi fue una suerte que a Chano Urueta le haya gustado mi viejo auto porque eso me permitió tener interesante charla con el y con Raúl durante el tiempo que el no eran requeridos durante la filmación.   




     Alfredo, en correspondencia a algunas grabaciones selectas de música mexicana que se me antojó obsequiuarle, tuvo a bien regalarme su reciente LP (Mi Canción), a la vez que me tendía su mano amiga. Yo conservo un imborrable recuerdo de aquellos días.


CONTINUANDO CON LA BIOGRAFÍA: 

     1958  Al terminar con su participación en la película “El Ratón” fue invitado para tomar parte en otra que iba a llevar el nombre de “Tu y la Mentira” que protagonizarían Miguel Aceves Mejía y la insipiente actríz Evangelina Elizondo. La participación de Alfredo paso casi inadvertida. Alfredo Sadel vuelve a los Estados Unidos contratado por MGM en donde lo están programando para participar en un film que por una u otra causa no se realiza.  

     1959  Acompañado por la Orquesta de Xavier Cugat hizo su presentación en “The Voice of Firestone”. Su destacada actuación en la “Opera Theater Show” le avaluó para cantar en la “Colgate Commedy Hour”. En este mismo año grabó tres discos de larga duración: “Sadel a Media Voz”, “Sadel canta a Agustín Lara” y “Caminos de mi Tierra”, marcando así otro importante record de ventas.


Alfredo en plena etapa de grandes triunfos.


     1960  En su segundo viaje a México, nuevamente es invitado para aparecer en la película “Tres balas perdidas”con Javier Solis, Rosita Quintana y María Victoria y Julio Aldama. Terminando esa filmación, se inició otra con el nombre de “En cada Feria un Amor” con Olivia Michel, Julio Aldama y Javier Solís. 

     Su intervención en el cine termina con el film “Martín Santos, el Llanero”que fue una coproducción México-Venezuela en la que canta el famoso vals “Dí”. La Estrella de esa película fue Lorena Velázquez.

     1961  Ahora, atendiendo al Canto Lirico, su principal actividad,  participa en la zarzuela “Los Gavilanes” que se debía presentar en el Teatro Nacional de Caracas. Ese mismo año decide viajar a Milán, Italia, con la idea de perfeccionar su calidad vocal. 

     Posteriormente, tuvo la oportunidad de participar en repetidas ocasiones en el Cornegie Hall en Nueva York. Ahí fue parte del elenco en el estreno de la ópera “Cecilia Valdés” y posteriormente en “Rigoletto”, “El Barbero de Sevilla”, “Carmen”, “Tosca”, “ Bohemia” y “Traviata”. Todas estas operas las canto con mucho éxito en diferentes paises de América.

     Posteriormente y dada la enorme aceptación crecía a medida de que se iba dando a conocer, tuvo la oportunidad de cantar en paises más lejanos como Alemania, Yugoslavia, Hungria, Suiza, España y la Unión Sovietica.

     1963  Gran presentación en Hollywood presentandose en la Concha acústica más grande del mundo: “The Hollywood Bowl” donde hizo delirar hasta el éxtasis a un multitudinario público.

     1965  El 14 de febrero alternó con Cantinflas en la Plaza de toros de la Maestranza en Maracay en un festival que fue organizado por la Asociación Venezolana de Artistas en la Escena. 
   
     1967  En este año fue considerado como el primer cantante lírico que se presentaba en Siberia y por otro lado en Lima, Peru, hizo junto con Pepita Embil una inolvidable temporada de zarzuela. También canto para el exigente público del Brooklyn Fox Theater interpretando “Carmen” de bizet, también lo hizo para el público de Belgrado, cantando “Lucia di Lammermoor”, ‘La Boheme’, “La Traviata” y “El Barbero de Sevilla”. A estas funciones en Belgrado asistió el embajador sobiético quien influyó para que Alfredo fuera contratado para cantar  en Moscú. 


La voz de Alfredo por todo el mundo.



     En este año fue muy intensa su actividad presentándose  en el Metropolitan Ópera House de Nueva York.

     1968  Nuevamente en el Teatro Nacional de la Ópera en Belgrado, Yugoslavia.

     1969  De Belgrado se trasladó al Teatro del Estado de Hamburgo en  Alemania en donde brilló con la interpretación de “Tosca”.

     1971  El 10 de enero ganó el primer lugar del competido y tradicional Festival de la Voz de Oro de Venezuela. Esta fue la última ocasión en que compitió cantando, de ahí en adelante solo lo hizo como compositor. El siguiente año también se llevó el primer premio con su canción “Ya sé” cantada por la adorable Mayra Martí.         

     1977  Alfredo pretendió institucionalizar la ópera en Venezuela. Logró hacer una temporada en la Universidad Central de Venezuela que se extendió por otras ciudades de ese país.

     Simultáneamente incursionaba en el ámbito de la música popular cantando con gran aceptación boleros que alcanzaron gran polularidad como “Humanidad” , “Vereda Tropical”, “Incertidumbre”, “ Dominó”, “Desvelo de Amor”, “Congoja”, “Granada”, “Aquellos Ojos Verdes”, “Ansiedad” y “Madrigal”, que siguen escuchandose en toda América Latina.

     1978  Sadel volvió a Cuba para grabar un nuevo LP dedicado a la música que ya popularizaban Los Panchos y otro dedicado a la memoria de Carlos Gardel.

     1980  No obstante que el comportamiento, el profesionalismo y la sucesión de acontecimientos en torno a la carrera de Alfredo Sadel se puede considerar de lo más serio, un buen día, nuestro artista biografiado sufrió un verdadero colapso emocional por una involuntaria travesura creada por el mísmo.

     Resulta que en una de tantas veces en que participó cantando la “Tosca” de Puccini, le propuso al director de escena que le permitiera hacer un cambio en la forma habitual en que el actor desde que salía a escena, traia ya la camisa manchada con su supuesta sangre, la propuesta consistía en que debía salir con su camisa muy blanca y que a la hora precisa del fusilamiento, justo al tronar los fusiles, él debía llevar una de sus manos al pecho oprimiendo y reventando una bolsita cargada con jugo de jitomate dando la sensación del sangrado por las balas.

     La idea era buena, pero no contaron con que la tal bolsita, al no estar adecuadamente  elegida y sellada, al ser oprimida intempestivamente con semejante golpe de pecho, fuera a fallar como falló, pues resulta que a la hora del fusilamiento, la bolsita se reventó pero eso sucedió en uno de sus extremos precisamente el que dejó salir el chisguete de jitomate en dirección al director de la sinfónica y a media docena de músicos provocando además de un gran desconcierto, que el moribundo fusilado cayera boca abajo en el escenario, entrando así al dramático momento de las combulsiones previas a la muerte.
Las convulsiones fueron perfectas, tal vez un poco exageradas, pero la verdad es que nuestro artista si se estaba muriendo…… pero de risa. Al fin y al cabo se ganó un gran aplauso.  
                  
     1985  Alfredo decidió radicar en Nueva York con la idea de presentarse en el Metropolitan Ópera House. Durante su estancia en esa respetable institución comenzó a hacerse presente la molestia de ciertos malestares, era indudable que su salud se deterioraba.

     La enfermedad, el terrible cáncer avanzaba, no obstante, tuvo que cumplir con un compromiso previamente adquirido en Cali, Colombia y justamente el 31 de diciembre de 1988 viajó de urgencia de regreso a Caracas, en donde más o menos controlado, aceptó participar en una serie de conciertos que después fueron considerados como su despedida, muy especialmente las dos funciones en las que alternó con Beny Moré y con la soprano Alba Marina quien triunfaba con su super bolero “Alma Libre”. 

     Alfredo Sadel también fue compositor  y quisieramos referirnos a las canciones que su inspiración y su corazón nos heredaron, las más destacadas: “Yo te engañé”, “Son dos Palabras”, “Otra Rosa”, “El Hombre de Hierro”, “Golondrinas del Tiempo”, “Quiero a Maracaibo”, “Razonando” y algunas otras más que por el momento se nos están escapando. 

     Nuestro recordado artista, llegó a grabar más de dos mil canciones contenidas en más de doscientos discos de distintos géneros y ritmos musicales.  

     1989 Transcribo las palabras del señor Antonio González, “Gonzalito” respetable venezolano y reconocido musicólogo que estuvo presente en la función de despedida de Alfredo Sadel:

     “El 24 de mayo, cuando en el Teatro María Teresa Carreño subía el telón, fue inenarrable la ansiedad con que fue recibido tan querido artista: todos de pie aplaudían frenéticamente con tan explosiva emoción que solo las lágrimas detonaban aquel nudo colectivo en las gargantas. Era ese el premio a un artista valiente que iba en pos de su felicidad y el aplauso.

     Al aparecer en escena, su arrastrante magnetismoinvadió el recinto, solo que esta vez se hacía mutuo, cuando aquella maravillosa audiencia, en constante ovación se convertía en mágico fluído revitalizador para Alfredo, logrando así el más hermoso intercambio de influencias, cuando comenzaba y finalizaba cada una de sus interpretaciones, y en continuado ciclo, cantaba mejor y le aplaudían más y más, el cantaba cada vez mejor.

     Dejaba atrás las angustias, su ya prolongado sufrimiento, su gravedad, su ronquera y su emoción. Su genialidad, clase y maestría se imponían de manera absoluta sobre todas esas vicisitudes.  Si!, era él, estaba ahí!!!... Prueba de ello fueron sus interpretaciones en aquel inolvidable día: “Son dos palabras”, “El Día que me quieras”, y “Una Mujer”, canciones que son fiel testimonio de de grandeza de un verdadero artista como Alfredo Sadel.”

     Efectivamente, esa fue la noche de despedida de Alfredo Sadel y el público que tanto le quería y le admiraba.  Antes de salir de su camerino recibió un fraternal abrazo de parte de los integrantes del trio Los Panchos, quienes además de abrazarlo le obsequiaron un anillo conmemorativo de esa inolvidable ocasión.

     Después de ello, se dirigió al área del foro y una vez que  se abrió el telón y  entre un torrente de aplausos y lágrimas que el público otorgaba como gran tributo, apareció la figura de Alfredo enfundado en un impecable traje blanco a bordo de una silla de ruedas que lo situó en el centro del escenario frente al obligado y tradicional  micrófono.


Alfredo, en el Teatro María Teresa Carreño 
mucho muy emocionado agradece y canta.


     Al irse silenciando la nutrida y larga ovación, Alfredo se sobrepuso a la profunda recepción y desde la referida silla muy emocionado agradeció. Después de un verdadero esfuerzo se puso de pie  y  acompañado por el piano del maestro Pedro Mesías comenzó a cantar la  canción “Rayito de Luna” de Chucho Navarro.

     Al terminar y dirigiéndose al público, muy sentidamente pronunció éstas palabras: Gracias,….ustedes ya se imaginaran que yo vine aquí por una sola razón….necesitaba verlos!!...después de los nutridos aplausos, continuó: yo me sentía muy bien, pero  la emoción hace sus cosas y hace desastres con uno, es mejor que me vaya acostumbrando  a estar enfrente a ustedes y que la emoción me permita estar mejor de voz. En seguida continuó cantando, ahora se trataba de la canción de su propia inspiración “Son dos Palabras” acto seguido canto  “En Revancha” de Agustín Lara.

     Continuando con el programa, interpretó magistralmente  “El Día que me Quieras” de Le Pera y Gardel y después “Tu Retrato” también de Agustín Lara y para terminar “Una Mujer” de Paúl Misraki.

     La ovación con la que el emocionado público se despidió de su querido artista como era de imaginar fue de lo más cálido, emocionante  y eterno.

     Así fue como Alfredo Sadel pisó por última vez un escenario despidiéndose  de su querido auditorio que jamás lo olvidara.

     Nadie imaginaba que solo un mes y cuatro días después Alfredo Sadel iba a dejar  de existir. Su temprana desaparición cuando estaba en la cúspide de su espléndida carrera de cantante fue de lo más impactante.

El sentido deceso sucedió el 28 de junio de 1989 a las 4.30 de la madrugada.


 Descanse en Paz tan agradable amigo.  

                           
ALFREDO SADEL

     Gracias por  tus canciones, gracias por tus grabaciones, te extrañamos, pero gracias a Dios y a la técnica te podremos seguir  viendo y escuchando.

     Yo, en lo personal, agradezco a mi apreciado amigo, el musicólogo colombiano Jaime Rico Salazar, que tuvo la amabilidad de enviarme desde aquellas lejanas tierras, el invaluable LP que se grabó en vivo la noche de aquel inolvidable concierto.