sábado, 17 de abril de 2010

SIEMPRE EN DOMINGO

Efectivamente, el programa de Raúl Velasco pasaba con mucho éxito y enorme audiencia domingo a domingo. El señor Velasco contaba entre su equipo de colaboradores con dos bellas damitas que lo apoyaban, Paty Chapoy ampliamente conocida y Martha Susana, una activa y amable argentina que un día de tantos llegó a visitarnos a casa.

Ella era portadora de un cordial saludo de don Raúl Velasco y a la vez de una invitación para que mi familia toda, se presentara en el siguiente programa dominical. La fecha coincidía con el día de Santa Cecilia patrona de los Músicos y el sabía que nosotros, los Abaroa Suzarte, ocho en total incluyendo a padres e hijos, hacíamos música en plan doméstico.

El propósito de ese programa en particular era hacer mención de las distintas facetas en que se pueden clasificar los músicos. Presentarían al primer violín de la Orquesta Sinfónica Nacional, a un virtuoso de la armónica, a un cilindrero, a un gran Guitarrista como Carlos Guevara, a un trovador  que toca la mandolina en las rústicas cantinas y porqué no, a una familia completa que practica la música en casa, la familia Abaroa.

Al recibir la invitación, experimentamos una profunda emoción, una gran alegría y un espantoso temor. Nos dijeron que debíamos estar a las cuatro de la tarde en el estudio de televisión y que por anticipado pasáramos una relación detallada de si necesitábamos atriles micrófonos contactos eléctricos, etc.

Apareceríamos en una sola ocasión pero interpretando dos canciones pero que lleváramos preparada una tercera. De inmediato nos pusimos a ensayar. Cristy mamá se ocuparía de la ropa para presentarnos correctamente.

Nuestro programa iba a consistir en la interpretación de una canción americana que elegimos porque estaba muy de moda, con duración de solo tres minutos pero de nombre muy largo: “Amarra un listón amarillo al viejo Roble”. El segundo número: un “Rock & Roll” muy adecuado para que cada quién hiciera su solo.

Nuestros instrumentos: Papá en el Hammond, Mamá en los ritmos, Gabriel la batería, Mauricio el bajo, Cristy en la guitarra, Sergio el acordeón, Liliana la mandolina y Alejandro que tenía solamente cuatro años a cargo de un pandero y muy  graciosamente dando la entrada.


El programa se desarrolló con gran audiencia y con el éxito de costumbre. Don Raúl Velasco recibió nutridas felicitaciones por la presencia de una familia haciendo música por el simple gusto,  motivo por el cual nos volvió a invitar en repetidas ocasiones.

Yo en lo particular siento que ese primer programa contó en mucho para que en nuestros hijos se haya despertado el interés por la música y los escenarios. Actualmente cinco de los seis trabajan profesionalmente en torno a la música.         

viernes, 16 de abril de 2010

EL CASTILLO DEL ARQUITECTO ARTIGAS... 2a. parte

Cumpliendo con todas las recomendaciones del jefe y terminado y aprobado el Proyecto Arquitectónico, formamos el gran grupo de trabajadores, empleamos a un promedio de mil trabajadores entre albañiles, canteros y carpinteros de obra gruesa además de otros nutridos grupos de plomeros, herreros, electricistas y una gran cantidad de instaladores de mármol, técnicos en aire acondicionado, en equipos de alberca, sonido, fuentes, iluminación, etc., el compromiso era muy serio y de acuerdo a un rígido calendario de ruta critica, para terminar la obra en un año incluyendo la jardinería y además los muebles diseñados especialmente y de acuerdo con el estilo.


Afortunadamente logramos cumplir. Yo me pasé ese año con una carga de trabajo enorme y con una gran responsabilidad porque además de todo el jefe estaba realizando la ilusión de toda su vida y yo la obra arquitectónica mas importante y que cualquiera de mis colegas hubiera querido realizar.

Claro está que hubo quien se encargó de la adquisición de materiales, de cubrir los pagos y las rayas sábado con sábado, pero en cuanto a la dirección y responsabilidad de todo lo que pudiera suceder en la obra yo fui quien aceptó esa tremenda responsabilidad. Yo abría la obra a las siete de la mañana y me retiraba sobre las diez de la noche. El arquitecto Artigas contó conmigo desde que se inició el proyecto hasta que se mudó a esa su nueva casa. 


Así fue construido y así disfrutado el famoso Castillo del Arquitecto Artigas mientras tuvieron vida  el y doña Carmen su esposa. Antes de morir el admirado don Pancho Artigas, vendió esa fabulosa obra a alguien a quien siempre le gustó profundamente, el super millonario profesor Carlos Hank González. Después de fallecido el profesor Hank, inexplicablemente su viuda permitió que ahí se realizara la telenovela del famoso grupo musical RBD experiencia que según tengo entendido fue del gusto de su enorme público.

Actualmente el Castillo es propiedad del dueño de los restaurantes Italianis quien recientemente lo rentó a Televisa para grabar la novela “Cuidado con el Ángel”. Protagonizada por William Levy y Maite Perroni.   

Y hasta ahí va la historia de la obra arquitectónica que mas satisfacciones me ha dado,  porque habrá muchas personas ó muchos grupos que actualmente puedan decidir construir el edificio mas alto de America Latina ó la residencia mas cara del mundo pero la oportunidad de hacer una obra como ésta, al lado de un gran visionario como lo fue don Pancho Artigas, lo dudo.

Descanse en paz don Francisco Artigas Carranza.  

EL CASTILLO DEL ARQUITECTO ARTIGAS... 1a. parte

El terreno era enorme, al grado que en determinado punto contenía un verdadero cerro. El jefe desde un principio pensó que la obra debía de situarse en la parte mas alta de esa loma. Justamente ahí se iniciaba una gran grieta que rápidamente se convertía en una profunda barranca y en torno a ella se debía desarrollar el proyecto.


Otra decisión de don Pancho fue que cada una de las habitaciones fueran hexagonales no debíamos pensar en cuadrángulos sino en hexágonos que fueran ligados uno con otro a base de conectores rectos. La solución resultó ser la interpretación moderna de una residencia de 2,600 metros cuadrados obedeciendo al estilo medieval pero con todo el confort que puede ofrecer la técnica y los equipos modernos.

Una particularidad del conjunto fue la presencia de una verdadera muralla que resguardaba las partes internas del conjunto contrastando con la transparencia de los techos de cristal de las áreas de circulación para comunicación de las distintas áreas.

La residencia debía constar de un área muy definida para las habitaciones de sus cuatro hijas y otra mas para sus tres hijos solteros. En el área de la recámara principal, los vestidores y guardarropa del señor y el de la señora con sendos y confortables baños.

Dentro de esa parte de la residencia debía incluirse una torre que ofreciera en su segundo nivel una sala para jugar billar y mas arriba un amplísimo mirador con posibilidades de 360 grados de espléndida vista.

Además, resolver con mucho esmero el buen funcionamiento del área recepcional que debía localizarse adyacente  a la alberca techada y a la biblioteca que además debía funcionar como sala para disfrutar proyecciones de cine de 35 mm.    

Para tener acceso a la plaza principal, debía de pensarse en un puente que cruzara parte de un lago que debía proyectarse y construirse. Este lago, funcionaría como un vaso regulador a prueba de tormentas y estaría recibiendo un abundante torrente de agua proveniente de una cascada hechiza a base de grandes rocas traídas de la montaña y un sistema de bombeo que de acuerdo a un horario programado estaría recirculando el agua por medio de dos bombas y tuberías de 4”.


La Plaza de acceso estaría presidida por una impresionante escultura ecuestre con un supuesto Rodrigo Díaz de Vivar,  “El Cid Campeador” misma que se le encargo con la debida anticipación al escultor catalán Julián Martínez.



Para completar el proyecto, había que considerar una amplia instalación que albergara una cancha de basquetball, volleyball y/ó badminton a cubierto que también sirviera para fiestas y además, una amplísima cochera con capacidad de dieciséis autos a cubierto, mas los que estuvieran en el taller de mantenimiento mas algunos que en determinado momento tuvieran que guardarse a descubierto.

sábado, 10 de abril de 2010

EL RANCHO DE DON PANCHO

Una vez concluida la obra de restauración de la mansión de San Ángel, el arquitecto Francisco Artigas Carranza quiso conservar al equipo que ya habíamos formado y  quiso que iniciáramos las obras de mejoramiento y ampliación de lo que el llamaba “El Rancho del Desierto”.

El Rancho era una hermosa y extensa propiedad que don Pancho poseía desde mucho tiempo atrás en el camino al Desierto de los Leones, nombre curioso y equivocado porque ni es desierto ni hay leones, por el contrario, es un lugar semi montañoso, pleno de árboles, nutrida flora y abundantes arroyos. Pues ahí, el señor arquitecto Artigas tenía una discreta y envidiable manada de caballos entre charros, árabes y cuarto de milla.


También poseía debidamente protegidos bajo unos cobertizos construidos para tal efecto una colección de sus autos que pudo conservar a lo largo de su vida. Eran sus autos consentidos, tenía desde su Cadillac convertible modelo 52 hasta un MG TF 53, un trio de Jaguares, un precioso Mercedes convertible, un extraño auto de la marca Stutz, un muy bien conservado Thunderbird de los clásicos y hasta un Rolls Royce del año 37.


Pues nuestro trabajo consistió en remodelar, mejorar y ampliar todo ello, cuidando exageradamente el estilo conocido popularmente como “Colonial Mexicano” que el señor Artigas manejaba magistralmente. Construimos una encantadora casita para don Lupe el caballerango y un salón que bautizamos como “El Sillero” en donde guardaba, lucía y presumía su colección de hermosos albardones y sillas de montar.

Poco a poco nos fuimos ampliando en el área de trabajo. Construimos su nuevo e inmejorable taller de arquitectura que aún guardando el estilo rústico ya referido, tenía resuelta una adecuada iluminación cenital y demás factores convenientes para dibujar y elaborar los magníficos proyectos que acostumbraba generar.   


Proyectamos y construimos algunas de las residencias que el siempre deseo para cada uno de sus diez hijos y algunas otras instalaciones para bienestar y esparcimiento de la familia.

Recién llegamos a trabajar a ese increíble lugar, descubrí una amplísima área donde habían instalado una serie de cobertizos bajo los que guardaban perfectamente estibados y clasificados un sinnúmero de vigas, vigones y gualdras, herrerías de diseño muy especial, miles de sillares y bloques de cantera que fueron parte de viejas construcciones existentes en la parte mas antigüa de la ciudad.

Algún día, el arquitecto me dijo que esa verdadera montaña de viejos materiales, la iba a usar en la construcción de un castillo que tenía pensado fincar en algún lugar de ese su gran terreno. El, desde siempre tuvo el deseo de realizar como su obra cumbre un verdadero castillo de la época medieval.

Pues antes de concluir las formidables obras que programó realizar en el famoso Rancho de don Pancho, pudo adquirir un terreno aledaño que además de tener las dimensiones adecuadas, tenía en su accidentada topografía características muy apropiadas para realizar ahí su obra mil veces soñada.

Así fue que en su flamante y bello taller de arquitectura, empezamos a escuchar de él, los lineamientos muy generales a los que nos debíamos de apegar para iniciar el proyecto de  “El Castillo del Arquitecto  Artigas”. 

UNA HORA CON DON PEPE LÓPEZ PORTILLO

En 1976 terminó felizmente el gobierno del Presidente-Psicópata Luís Echeverría Álvarez. El pueblo todo ya estaba muy cansado de las cosas equivocadas y raras que inventaba todos los días. Estábamos contando los días, las horas y hasta los minutos que le faltaban para entregar el mando porque no podemos olvidar la bola de barrabasadas que puso en práctica hasta el último día de su infernal gobierno.

Una de sus barbaridades fue romper con esa tradicional forma en que el Secretario de Gobernación era el que tenía mayor posibilidad para continuar en la Presidencia. El arbitrariamente acabó con esa disciplina y pasando sobre la prestigiada imagen de Mario Moya Palencia designo a su amigo José López Portillo Secretario de Hacienda para sucederlo en la Presidencia.

Don Pepe López Portillo no tuvo tiempo de formar equipo pero al fin y al cabo se sentó en la silla grande. Después de la funesta experiencia que vivimos los mexicanos soportando a un loco como el tal LEA  por seis largos años y no teniendo otra alternativa, terminamos por aceptar a don José quien se fue ganando poco a poco nuestra confianza y simpatía.

Cuando se encontraba viviendo su etapa de presidente electo, acudió a una comida que se le ofreció en señal de adhesión y apoyo y en esa comida la música estuvo a cargo del grupo musical formado por la “Familia Musical Abaroa” integrada por Cristy, los seis hijos y yo. Los ocho tocábamos instrumentos y cantábamos, inclusive nos presentábamos en la tv en Siempre en Domingo, en el programa de Memo Ochoa y en el canal 13.


Durante esa comida, a través de uno de sus escoltas, nos pidió que interpretáramos  “Collar de Perlas” y esa pieza no la teníamos puesta porque no era el tipo de música que practicábamos.  En un rato mas ofrecimos una vieja canción mexicana que se llama “Déjame Llorar”. Cuando el se despidió del gran grupo de asistentes, aceptó fotografiarse con nosotros y entonces me dijo: No que no tenían “Collar de Perlas”?...entonces como es que la tocaron…No señor, la que tocamos se llama “Déjame Llorar” y en su letra dice algo del Collar de Perlas….pero “Collar de Perlas” es la que toca Glenn Miller.

Desgraciadamente, el resultado del periodo presidencial de don Pepe terminó en medio de un escandaloso desprestigio. Cometió muchos errores, devaluaciones, frivolidades, quiebra, desastre….lástima,…. nunca pude entender que le pasó.

Pasaron los años y ya en 1988 cuando terminaba el también pésimo gobierno de Miguel de la Madrid, don Pepe presentó su obra editorial “Mis Tiempos” en dos tomos que es una verdadera e interesante bitácora presidencial; por ello me interesó y la adquirí y la disfruté y la deposité en uno de mis libreros esperando la oportunidad para conseguir que don José me escribiera alguna dedicatoria.

Llegó el día, fue un sábado y a media mañana tomé mi auto y me dirigí a ese lugar profusamente conocido como “La Loma del Perro”. Al llegar frente a la amplia entrada, clavé mi coche sobre la banqueta, toqué el claxon y esperé la reacción.

Salió un soldado con su Mauser en la espalda y me dijo: ---Que quiere usté?....—Vengo a ver al Licenciado….y el tío se metió. Volvió a salir…---Tiene usté cita?, como se llama usté? y volvió a entrar... e increíblemente me abrieron las dos hojas del portón y con todo y auto entré con toda tranquilidad. Después de ascender por un zigzagueante camino cruzando una gran extensión de terreno de de yerbas no cuidadas, llegué a una plataforma en donde se encuentran las cocheras en donde había unos seis autos y el autobús Presidencial que ahí conservan.

Salió a mi encuentro un Mayor y me preguntó si tenía cita con el “señor” y le dije que había encargado en mi oficina que me gestionaran una cita para hablar con el licenciado. Le dije que yo solo deseaba que me autografiara su “Mis Tiempos”. Entonces el me propuso que le dejara los dos tomos y me llamaría cuando estuvieran firmados. Le pedí que aceptara que fuera don José quien decidiera, le dí un par de fotos en donde se le veía al centro de mi familia en torno a los instrumentos aquel día en que me pidió “Collar de Perlas”.

Cuando volvió a salir, fue para invitarme a entrar para entrevistarme con el. Bajó de un mezanine donde se encontraba pintando, me saludó muy cordialmente, recordó a mi familia de músicos pues fueron dos veces las que musicalizamos dos diferentes eventos, me preguntó que había pasado con cada uno de mis hijos, me escribió una primera dedicatoria:  Para el Arq. Don Gabriel Abaroa Martínez con mi simpatía. Firma.

Conversamos, tomamos una taza de café, me puso una segunda dedicatoria: Fui corto: el recuerdo amable de una familia ejemplar, enriquece mis vivencias. Con mucho afecto. Vale. Rúbrica.   


Para terminar, me enseñó una galería de cuadros pintados por el, me preguntó que entendía frente a cada uno de ellos, la verdad es que con muchísima pena no acerté en ninguno de ellos; me devolvió mis dos fotos, nos despedimos y hasta la vista don Pepe, no lo volví a ver……… pero conservo su obra con dos dedicatorias.             

LA MANSION DE CARMEN UNO EN SAN ANGEL

El Arq. Francisco Artigas Carranza, había sido nombrado por el Presidente Díaz Ordaz Gerente del Comité Constructor de Escuelas (CAPFCE) y por ese motivo presintió que debía desentenderse de su despacho particular, así fue que decidió desmontar su Taller de Arquitectura que por algunos años había estado instalado en lo que fue una hermosa y enorme mansión ubicada en el número uno de las calles de Carmen e Insurgentes Sur, enclavada en el parque donde se encuentra el monumento a Álvaro Obregón en el mero corazón de San Ángel.

En Septiembre de 1966 don Pancho Artigas invitó a la constructora donde yo laboraba para que se encargara de realizar esa comprometida obra y la constructora me comisionó a mi. Llegué puntual a la cita con el arquitecto, la cita fue en su casa que estaba contigua a la Mansión por remodelar. Me presenté con el con entusiasmo profesional pues yo disfrutaba de su buen gusto admirando las residencias que había proyectado y construido muy en particular en el Pedregal de San Ángel. 

El Arquitecto me dijo que disponía de una hora para hacer un recorrido por los interiores y exteriores de la casona y de inmediato lo iniciamos. Me recomendó que empezáramos a trabajar sin pérdida de tiempo y que a medida que fuéramos avanzando podríamos ir encontrando a los artesanos especializados en ese estilo. Así que yo regresé a mi empresa e informé a mis jefes lo sucedido.

Mis tres jefes que eran un catalán, un vasco y un madrileño se contrariaron mucho porque el hecho de atender esa compleja obra y a su propietario con quien no se podían negar porque de un plumazo los podía anular del grupo de contratistas sin importar que fueran de los consentidos.

Así fue que a partir de ese día yo dejé de construir  escuelas y me dediqué a esa otra tan interesante área de la arquitectura que es la remodelación y restauración de una edificación que merecía ser atendida.

Para la Navidad de 1967 aquella mansión lucía como cuando fue estrenada la primera vez. Por aquellos días, la familia del Presidente John F. Kennedy que ya habia sido asesinado en 1963 visitó la ciudad de México con motivo de algún acto celebrado en la Unidad Kennedy cercana a Aeropuerto y dada la amistad de don Pancho con alguien de ellos, aceptaron asistir a una comida que la familia Artigas les ofreció precisamente en la casona recién rejuvenecida. 


En esa ocasión el Arquitecto declinó la idea de que una orquesta de cámara ó un piano ó un trío ó un mariachi musicalizaran la comida, el prefirió a quien esto escribe y su órgano Hammond interpretaran  canciones mexicanas suaves como La Casita, Cuatro Milpas, Tu solo Tu, o una que otra de Agustín Lara.  

EL MARISCAL TITO Y SU ESPOSA JIOVANKA

Después de danzar toda la mañana por diferentes partes de la ciudad revisando las obras que tenía a mi cargo, llegué a la oficina a continuar con mi trabajo. Entonces la secretaria encargada de la recepción me dijo: El Jefe dejó este mensaje para usted: “que por favor a la brevedad posible se reporte a éste número porque necesita que se haga cargo de todo lo necesario para la visita del Mariscal Tito de Yugoslavia al Castillo de Chapultepec”.

Mi primera reacción fue pensar que se trataba de una broma, pero no, era una increíble verdad.

Yo sabía que el Mariscal Josip Broz Tito era el mero mero de Yugoslavia y que durante la segunda guerra mundial había peleado con valentía y éxito contra el ejercito de Hitler. Ahora me estaba enterando que venía invitado a visitar México por el Presidente López Mateos y que había la intención de que se alojara en el histórico Castillo de Chapultepec.

De inmediato me reporté y me enteré de todos los pormenores. El Presidente tenía el deseo de que Tito se alojara junto con su esposa Jiovanka en el Castillo. El último Presidente que vivió en ese histórico lugar fue el Presidente Pascual Ortiz Rubio, llamado popularmente “El Nopalito”. Cuando el vivió ahí (1930) le colocaron en  las rejas una  manta: “AQUÍ VIVE EL PRESIDENTE, PERO EL QUE MANDA VIVE ENFRENTE”; la gente entendía que se trataba del cacique Plutarco Elías Calles.

Me instalé con mi equipo de colaboradores para investigar sobre el Castillo. Los barandales de la antigua escalera principal estaban en mal estado al grado de que algunas de sus partes estaban por desprenderse; El Pintor David Alfaro Siqueiros se encontraba trabajando en uno de sus murales y tenía armados sus andamiajes dando un mal aspecto; el Alcázar y áreas adyacentes, donde se iba a ofrecer una cena de bienvenida estaba expuesta a vientos cruzados que eran muy incómodos, sobre todo si soplaban fuerte a la hora del evento y lo más delicado y significativo era que la calidad del agua ”potable” con que se contaba en el lugar, era inaceptable aún para su uso en el servicio.

Yo me concreté a notificar a quien correspondía mediante un cuidadoso informe respaldado con documentos y testimonios y con fotografías que venían al caso.

Conclusión: Que se reajusten los barandales preservando cuidadosamente su autenticidad; que el Maestro Siqueiros haga el favor de replegarse y que acepte que se le desarme el andamiaje que pueda no necesitar por tres días; que se instalen grandes cristales de características convenientes montados en perfiles de aluminio sin afectar en lo mas mínimo los paramentos de cantera de las fachadas recurriendo para su instalación a la forma mas inteligente para protección de las corrientes del molesto viento. Anticipadamente, se dará aviso a los Institutos de Bellas Artes y de Antropología e Historia solicitando su apoyo y colaboración,  vigilancia y autorización.

Se toma la decisión de que el Mariscal Broz Tito y su esposa no se alojen en el Castillo. En ese lugar, únicamente se les ofrecerá la Cena de Gala. Durante la cena, tomarán parte los  cantantes Lola Beltrán y Pedro Vargas acompañados por un grupo Mariachi para lo que se deberá construir una plataforma flotante por encima de los arriates jardinados que contienen rosales que datan de muchos años atrás. Habrá que armar ese escenario a última hora y desarmarlo inmediatamente después de concluido el evento.


Durante la cena, se ofreció Música de Cámara y a los postres la actuación de los Artistas.



Por lo que a mi respecta, logré imponerme sobre los difíciles y sofisticados elementos que acudieron por parte de Bellas Artes y de Antropología, fue mas difícil lidearlos a ellos que instalar los grandes cristales. Que por cierto, siguen montados en ese lugar.

No obstante que estuve muy estresado pendiente de que se comportara bien el escenario, pues por cuidar los rosales no pudimos reforzar a satisfacción la estructura de su base, cené muy bien, me gustó mucho el repertorio musical espléndidamente interpretado; al término del evento, esperé a que se desmontara la plataforma, comprobé que los rosales no habían sufrido en lo mas mínimo y me fui a descansar alrededor de las tres de la mañana.

jueves, 8 de abril de 2010

AHORA, LA VISITA DEL GRAL. CHARLES DE GAULLE

Todavía no terminábamos de digerir el papeleo relacionado con la visita del Mariscal Tito de Yugoslavia, cuando se nos notificó sobre la visita del General Charles De Gaulle acompañado por su esposa Madame Ivonne Vendroux.

Todo lo relativo a ésta visita lo estaba coordinando Avecita, la  hija del Presidente Adolfo López Mateos. Ella, tal vez ignorando todo el circo que se armó con el pretendido alojamiento del Mariscal Josip Broz Tito de Yugoslavia en el Castillo de Chapultepec, intentó que ahí se alojara el famoso y respetable General Francés y a su esposa.

Una vez que se le comunicó el grado de dificultad que significaba ese hecho, cambió de idea y decidió que el célebre visitante se alojara en la residencia Presidencial conocida como “Los Pinos”.

Esa decisión no provocaba ninguna incomodidad a la familia López Mateos ni a tan importante huésped porque el Lic. López Mateos nunca tuvo interés en habitar esa tradicional residencia. Además, en ese mismo sitio estaban las oficinas del Estado Mayor Presidencial y se facilitaba toda la logística en torno al cuidado y diferentes traslados del general durante su estancia en la ciudad de México.


El único problema que se surgió  fue cuando se le advirtió a Avecita que el General de Gaulle no cabía en una cama de tipo tradicional pues el angelito rebasaba en unos cuantos centímetros los dos metros de estatura y de nada servía ofrecerle una cama 'King Size' porque su problema no era de ancho sino de largo.

Ella dispuso que se modificara una de las mejores camas en una de las mejores recámaras y que se mandara hacer con toda urgencia un colchón con medidas especiales pero afortunadamente la pudimos convencer que era mejor, mas seguro y mas rápido hacer una cama nueva. De inmediato adquirimos el cedro y a mil por hora hicimos la cama nueva siguiendo el estilo y diseño de la que ella había elegido originalmente.

Como la residencia estaba fuera de uso, también tuvimos que checar y probar la efectividad del cuarto de baño en cuanto al correcto funcionamiento de los muebles sanitarios, la tina, la ducha, el servicio de agua caliente, las luces, los contactos eléctricos, el aromatizante, etc., simultáneamente surgió la conveniencia de habilitar las toallas, los tapetes, jabones, papel, dentífrico, crema, crema de afeitar, rastrillo, rasuradota, pistola, Alka Seltzer, aspirinas, agua embotellada, vino Francés y demás accesorios.

Entonces se me ocurrió llamarle a Cristy  mi esposa y le referí el encargo: Por favor ve  a la tienda que tu quieras y compra unos cuatro juegos de toallas de manos, de baño y de los distintos tamaños que haya, necesito un par de batas de baño,  las mas “extra extra large” que haya, una buena dotación de jabones para baño y para lavabo y  seis cajas de Kleenex.  Todo lo que te acabo de decir, de la mejor marca y todo que sea en blanco.

Después de referirme a semejante encargo, ella me preguntó:-- Para que quieres todo eso?  -- Por favor no pierdas tiempo,….. es para el general Charles de Gaulle.!!!...... Cristy  me confesó que estaba totalmente segura que ya se me había votado la chaveta, pero  afortunadamente a los dos ó tres días pudo comprobar que sus figuraciones eran infundadas.

La verdad es que el general de la gran estatura y enorme nariz se la pasó de maravilla en la ciudad de México y descansó plácidamente en su camita igualita a la de Topo Gigio.  

EL CASAMIENTO DE GUSTAVITO

Se fijó la Boda para el viernes 12 de Septiembre de 1969, se casaba el ingeniero Gustavo Díaz Ordaz con la hermosa señorita Consuelo Eugenia Castañón Ríos Zertuche. La ceremonia religiosa sería en el fabuloso templo de San Juan Bautista en Coyoacan  y el banquete en la residencia presidencial de Los Pinos.

Los padres del novio, el Presidente de la República Lic. Gustavo Díaz Ordaz y doña Guadalupe Borja de Díaz Ordaz tenían el deseo de recibir a sus invitados precisamente en la puerta de la residencia.

Aquella enorme residencia de estilo Francés, construida durante cinco años (1947-1952) por el Arq. Fernando Parra Hernández y por orden del entonces Presidente Miguel Alemán Valdés, era insuficiente para albergar a sus dos mil ochocientos invitados, por lo que se invitó al Arq. Francisco Artigas para que ideara algún pabellón que se pudiera anexar a la residencia y diera solución a tal aforo.

El Arquitecto acudió al llamado y cuando estuvo de vuelta a su Taller de Arquitectura allá en el Camino al Desierto de los Leones, se mostró muy preocupado pensando como podría resolverse semejante compromiso. Su entonces estrecho grupo de colaboradores dentro del que me encontraba yo, comenzamos a pensar y planear y después de un buen número de horas de estar rumiando una y otra posible solución, se optó por armar un pabellón a base de elementos prefabricados susceptibles de desmontar y desaparecer en los dos ó tres días subsecuentes a gran fiesta.

La estructura sería construida empleando un sistema de andamiaje metálico, el piso de  madera con terminación de alfombra de henequén, los muros a base de módulos prefabricados con y sin ventanas de los que normalmente se usaban en las escuelas y con ese criterio todo lo demás hasta culminar la obra, pudiendo ofrecer un salón mucho muy grande y muy elegante integrado por un área para mesas circulares para diez personas, el área para la mesa principal, para la Orquesta de Cámara, una discreta pista de baile y la necesaria para instalar una enorme cocina a cargo del prestigiado señor de los banquetes Dalmau Costa; además de unos amplios y bien equipados sanitarios para damas y caballeros.

Al fin y al cabo, éste pabellón quedó instalado en la parte posterior de la residencia. Para poder ingresar al mismo, había que ascender por la conocida escalinata del frente, traspasar la puerta principal de entrada, cruzar el amplio vestíbulo y pasar a un lado u otro de la escalera principal para llegar al límite de la parte trasera y tomar uno u otro puente que indistintamente daban acceso a la parte central del nuevo recinto.

Días atrás, cuando recién se había iniciado el armado de la estructura, se le dio un desagradable informe al señor Presidente por conducto de su esposa. Como expresé al principio, ellos tenían la intención de recibir a sus invitados al pie de la puerta principal de la residencia,  pero nadie se había dado cuenta del terrible resultado de la suma de las distancias y los minutos y ese, su muy respetable deseo, no se les podía conceder .
Suponiendo que asistieran las dos mil ochocientas personas y haciendo un cálculo conservador de que llegarían un promedio de tres personas en cada auto, resultarían novecientos treinta y tres autos.

Si transcurriera un minuto entre uno y otro auto que fueran para desembarcar a los invitados, hubieran tardado 933 minutos, equivalentes a quince horas y media entre el primero y el último.

La fila de autos que harían el recorrido entre el templo de San Juan Bautista en Coyoacán  y la residencia presidencial de Los Pinos en Chapultepec, calculando siete metros entre auto y auto, mediría seis kilómetros y medio sin tomar en cuenta los espacios no ocupados por el tráfico. La distancia entre un punto y otro es de aproximadamente nueve kilómetros, ó sea que mientras el primer auto se aproximara a Los Pinos, el último apenas estaría saliendo del área del centro de Coyoacán.

La solución se dio dando acceso a la gente por su propio pie por las puertas uno y cinco localizadas en Paseo del Molino del Rey y habilitando seis puntos de desembarco, con capacidad de seis autos cada uno ó sea que teóricamente se debían desocupar treinta y seis automóviles por minuto, empleando para el desembarco un total aproximado de treinta minutos.

La fiesta resultó formidable y al día siguiente se inició el desmonte y desarmado del famoso pabellón para reintegrar los materiales prefabricados a las bodegas del Comité Constructor de Escuelas, (CAPFCE). 


Por mi parte, acudí a la farmacia más cercana para conseguir algún medicamento para la úlcera, la acidez y las agruras. 

miércoles, 7 de abril de 2010

MI NUEVO JEFE EN FUNCIONES

El señor Presidente Díaz Ordaz me puso al tanto de que habían adquirido una casa ubicada en la calle de Agua que colindaba en la parte posterior con la suya situada en la cerrada de Risco en el Pedregal de San Ángel.  

El motivo por el cual se adquirió esa propiedad se debió a que su hijo el Ingeniero  Gustavo Díaz Ordaz, estaba próximo a casarse con la señorita Consuelo Eugenia Castañón Ríos Zertuche y pensaba que era muy conveniente ocupar esa casa adyacente a la casa paterna, siempre y cuando se remodelara a su entero gusto y dando solución a todas sus necesidades.


El Ing. Gustavo Díaz Ordaz Borja y su novia Ma. Eugenia Ríos Zertuche


Así que las primeras instrucciones que yo estaba recibiendo consistían en presentarme en esa casa el siguiente lunes a las nueve de la mañana con el Capitán José A. González  para ser contactado con el señor Presidente de quien recibiría las instrucciones precisas.

El siguiente lunes, me presenté puntualmente con el Capitán quien me mostró con todo detalle la propiedad,  tanto los interiores de la casa,  como las áreas exteriores y sobre todo la robusta barda de lindero que coincidía con la casa de Cerrada de Risco, en la que ya habían demolido una parte a modo de puerta ó paso provisional entre las dos casas.

Alrededor de las diez de la mañana arribó el Jefe de Jefes y me pidió que diéramos una vuelta para que me enterara de todo lo que había que tomar en cuenta para que la obra de remodelación fuera útil y al gusto de su hijo y de su futura nuera. El señor Presidente en ausencia de su hijo, se tomó la molestia de enterarme de todo lo que deseaban los futuros esposos debido a que ellos estaban de viaje atendiendo asuntos relacionados con su boda. 


Foto del Presidente Díaz Ordaz dedicada a G. Abaroa M.


Al término de la visita le dije a don Gustavo que podía estar seguro de que de inmediato daríamos principio a la obra para terminar lo antes posible para que antes del mes de Septiembre fecha en que se iba a celebrar la boda, ya estuviera la casa remodelada, perfectamente amueblada, encortinada, con los cuadros en su lugar, los equipos perfectamente probados y los trabajos ejecutados revisados hasta el más mínimo detalle.

Al día siguiente, ingresamos a la famosa casa de Agua con un verdadero batallón de obreros entre albañiles, canteros, graniteros, carpinteros, ebanistas, plomeros, electricistas, encargados de fabricar la nueva ventanería de aluminio y de instalar equipos especiales como sonido ambiental, aire acondicionado, calefacción,  filtros, bombas y reflectores para la alberca,

La obra se terminó felizmente y dentro del tiempo comprometido. Pero lo mejor de ese proceso, fueron las visitas que el señor Presidente hizo espontáneamente y sin previo aviso dando lugar a unas muy sabrosas conversaciones cuando decidía sentarse en un tronco que a modo de banca lucía entre los arreglos de hermosas plantas que adornaban el jardín.      

MI NUEVO JEFE, EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA

Una bonita tarde, a principios de 1969, atendiendo a una invitación del Arquitecto Francisco Artigas quien ese entonces fungía como Gerente del Comité Constructor de Escuelas (CAPFCE) y con quien yo tenía el gusto de colaborar, arribó a la fabulosa instalación conocida simplemente como “El Rancho” de don Pancho, el señor Presidente de la República Licenciado Gustavo Díaz Ordaz, acompañado por el General Luís Gutiérrez Oropeza, Jefe del Estado Mayor y de cinco ó seis elementos de su escolta.

Después de que el Arquitecto recibió y dio la bienvenida a semejante personaje, caminaron un tramo al lado de las caballerizas, donde unos diez excelentes ejemplares lucían perfectamente alineados y con la cabeza a la misma altura como si estuvieran haciendo valla al paso del Presi.



 Los caballos haciendo los honores


Después pasaron al gran patio delimitado por unos hermosos cobertizos donde se encontraban muy cuidadosamente estacionados una docena de automóviles de colección, entre los que había un par de Bentleys, un Auburn, un Stuts, tres Jaguares, un Rolls Royce, dos MG, dos Mercedes, etc.



Algunos de los Autos de Colección


De ahí se dirigieron al Taller de Arquitectura donde nos encontrábamos un grupo de sus colaboradores. Ingresaron y el señor Presidente haciendo uso de su super vozarrón se concretó a pronunciar tres palabras: Buenas tardes señores!!. Entonces caminando al lado de los restiradores se dirigieron al fondo del taller para salir por la puerta trasera y al pasar a un lado de donde yo me encontraba, el arquitecto le dijo: Señor Presidente, el es el arquitecto Abaroa y es oriundo de San Andrés Chalchicomula.




El Taller de Arquitectura del Arq. Francisco Artigas


El Presidente añadió: Como es su apellido?....Abaroa señor, Gabriel Abaroa para servirle, mis padres de recién casados vivieron en Chalchicomula y recibieron mucho cariño de sus familiares los Bolaños Cacho, mi padre es Humberto Abaroa y desde San Andrés administraba las haciendas de don José Couttolénc y fue gran amigo de su hermano don Ramón; mi madre es Conchita Martínez Tort que fue condiscípula de su esposa doña Lupita en el Colegio San Vicente….. Si, si, creo recordar,  por favor déles saludos de mi parte.

Después de ello abordaron sus automóviles y se dirigieron camino arriba hacia la casa del arquitecto que era un enorme Castillo resuelto en su arquitectura con todo el estilo del Medievo.

Había pasado si acaso una hora y media cuando vía teléfono el arquitecto solicitó mi presencia en la biblioteca del Castillo. Acto seguido abordé mi auto y me presenté ante ellos. Al ingresar, simplemente dije: Con permiso, a sus ordenes arquitecto,  a lo que el completó: Arquitecto Abaroa, salude usted a su nuevo Jefe. Volteé a verlo y el señor Presidente estaba muerto de risa disfrutando de mi natural reacción.    


El Presidente Gustavo Díaz Ordaz

lunes, 5 de abril de 2010

UN BOQUETE EN PALACIO NACIONAL

Recién se sentó en la silla grande don Gustavo Díaz Ordaz, recibió la solicitud del Jefe de Ayudantes y del Estado Mayor para que autorizara a que se buscara una solución al problema de que los servicios sanitarios al que ellos acudían se encontraban muy distantes de la oficina mas importante del país.

La solicitud para atender éste problema llegó a mi jefe, el director de la empresa donde yo trabajaba y mi querido jefe me hizo el favor de endosarme el numerito.

Así fue que acudí de inmediato a Palacio Nacional y apoyado en mis colaboradores y en los datos aportados por la oficina de mantenimiento del histórico edificio y dentro de un cuadro de alto grado de dificultad por la presencia del señor Presidente que en esos primeros días de su gestión, trabajaba un buen número de horas en su importante despacho, buscamos esmeradamente el lugar idóneo para alojar el nuevo sanitario.

Después de mucho pensar, nos convencimos de que la única forma de lograr el espacio para ubicar un sanitario, aunque fuera casi tan pequeño como el que usa uno en los aviones, era haciendo un boquetón en uno de los robustos muros construidos a base de grandes piedrones de tezontle rajueleados y amarrados mediante una mezcla ciclópea, a base de cemento, arena y piedras.

La obra no era fácil pero tampoco imposible. Hacer un boquete en uno de esos gruesísimos muros no era un complejo problema. El compromiso era simplemente el tiempo disponible pues se nos advirtió que el Presidente se retiraba entre las dos y tres de la tarde del viernes y volvía a su oficina el lunes a las diez. O sea que disponíamos de la tarde con su noche del viernes, dos días completos y la madrugada del lunes. Total sesenta y cinco  horas sin parar día y noche. Lo primero que se hizo fue instalar una verdadera carpa de polietileno para proteger el área del polvo producto de la obra.

Hubo que surtir el nuevo toilet con agua a presión e instalar su drenaje, que en planta baja había que descargar en el patio principal precisamente en el punto donde desde siempre paraba el auto presidencial para que el Presidente dejara ó abordara el mismo. Una vez superadas las obras gruesas de albañilería y las instalaciones de agua, drenaje y electricidad, se procedió a colocar los acabados en piso y muros y la instalación de lavabo, wc, lámparas, extractor para ventilación, la luna, accesorios y puerta con su correspondiente cerradura.

Total, que después de las emociones de rigor, llegó el esperado lunes y justo a las diez y quince de la mañana ingresó al patio principal de Palacio Nacional el Oldsmobile  negro que transportaba al Presidente Díaz Ordaz para iniciar sus labores en su oficina que a partir de ese día ya constaba con un servicio para que sus ayudantes hicieran pipí sin alejarse a mas de diez metros.


domingo, 4 de abril de 2010

FELICES VACACIONES

Llegó la Semana Santa y no obstante las provincianas costumbres, dos de mis primos, dos amigos y yo,  conseguimos el permiso para ir de excursión a un lugar del que muy poco se sabía y que se llamaba Casitas que se localizaba muy cerca de Nautla y que era un sitio además de bonito muy barato y que se comía muy bien.

Para allá salimos y llegamos a Teziutlán todavía en el estado de Puebla. Ahí, visitamos el Café Alcalá que presidía la querida y respetable Tía Chabela quien nos invitó a comer y nos despidió para continuar nuestro viaje. Por fin llegamos a Nautla en el estado de Veracruz y para no llegar de noche seguimos nuestro camino a Casitas.

Alguien nos había dicho que Casitas era un hermoso y pintoresco lugar, donde se comía muy bien y además era muy barato. Pues la impresión que nos llevamos fue muy distinta. Llegamos a un pueblo donde no había pueblo, las rústicas y escasas construcciones eran de madera y muy frágiles.  La playa sin ningún atractivo, delimitando un grisáceo mar totalmente ausente de belleza y de turismo.

Por fin después de relacionarnos con algunas personas, nos llevaron a un verdadero tejaban que funcionaba como hotel. El wc afuerita y la regadera con manguera y aguita fría. Al día siguiente la impresión fue mas generosa con nosotros, la playa limpia, el día soleado, el viento tranquilo y la milagrosa atención de alguien que nos  acercaba muy buenos platos para engullir junto con unas cervecitas bien frías por muy poco dinero. Los lugareños nos advirtieron que era un mar muy traicionero porque la resaca era muy fuerte y que si nos queríamos meter lo hiciéramos atados a una cuerda. 

Para esa noche estaba anunciada la fiesta anual, venía gente de otros lugares y si llegaba el conjunto de Simón “El Jarocho”, habría baile. Pues no obstante los estragos que nos hizo el sol, acudimos a la fiesta en donde después de los músicos éramos como las estrellas de la noche. Empezó la música y las muchachas del lugar nos sacaron a bailar a nosotros los visitantes. Yo no se como le hice para desprenderme de la que me eligió a mi porque además de bizca era cacariza y olía al puritito sudor así es que me le escapé, me trepé al estrado de los músicos y atrás de ellos me divertí tocando el güiro.

Por lo mismo, y entre tantísima gente no me di cuenta de que mis cuatro compañeros me comenzaron a buscar y buscar y se salieron del lugar y armaron un señor jaleo que ya traían a una buena cantidad de espontáneos ayudando a mi búsqueda. Llegaron a pensar que a la luz de la luna me había metido al mar y el mar me había llevado.

Hubo un momento en que bajé del templete y me acerqué a la bola indagando que había pasado y me dijeron que se había perdido uno de nosotros y que a lo mejor se había metido al mar y se había “ogado”. En eso, saqué la antena y pregunté no seré yo el que se “ogó”????............Esa noche mis cuates y todos los habitantes de Casitas, se acordaron de mi mamacita quien estaba muy ajena a los acontecimientos.     

DESPUES DE LAS VACACIONES

Después de nuestra experiencia vacacional en Casitas Veracruz, ya de regreso, aunque ya era un poco tarde, volvimos a visitar a la querida Tía Chabela en su prestigiado Café Alcalá en la calle principal de Teziutlán Puebla. Después de comer, nos despedimos y nos dispusimos a abordar el camión que hacia el servicio a la ciudad de Puebla.

Por ser el final de la Semana Santa, nos encontramos con una enorme cola para abordar el siguiente y último autobús que daría servicio ese día. Ese día era domingo y todos teníamos obligaciones para el día siguiente unos en el trabajo y otros en la escuela. No sabíamos que hacer, pero teníamos que llegar a Puebla a como diera lugar.

Optamos por caminar por la orilla de la carretera y pedir aventón aunque nos fuéramos de uno en uno. La verdad es que nadie se detenía, así fue que llegamos a una gasolinera en donde estaba cargando combustible un camión que no era de línea, nos acercamos y hablamos con el chofer quien nos dijo que era el autobús privado de un equipo de Foot Ball de Tlaxcala que había jugado esa tarde en Tlatlauquitepec y debía recoger a los jugadores en cosa de media hora. Le pedimos aventón y nos dijo que nos llevaría hasta la bifurcación donde el daría vuelta para llegar a ese pueblo.

Nosotros estuvimos de acuerdo porque pensamos que a partir de ahí, podríamos llegar a Puebla aunque fuera en abonos, y así fue que ahí nos dejo. El nos prometió hablar con el encargado del equipo y si él aceptaba nos volvería a recoger para dejarnos en la entrada  a la ciudad de Puebla. Ahí, en la orilla de la carretera, asoleados, cansados, en plena oscuridad, sin dinero y en medio de una super orquesta de grillos, chicharras y moscos,  esperamos pacientemente que viniera el camión de regreso pidiéndole a Dios que aceptaran levantarnos.  En un momento dado, a lo lejos, aparecieron unos faros, pensamos que era el camión de los jugadores. De pronto comenzamos a ver que de entre los faros salían unos flamazos que combinaban con unos golpes muy fuertes en el suelo,  alrededor de nosotros y que además de levantar estallidos de tierra nos provocaron un inesperado terror; no tardamos en convencernos de que se trataba de fallídos balazos.

Una vez que ese vehículo se aproximó a nosotros, en medio de mas y mas desatinados balazos, logramos ver que se trataba de un Cadillac verde y nos percatamos de que era una pandilla de borrachos que asomados por las ventanillas, entre gritos y maldiciones practicaron el tiro al blanco teniendo como objetivo nuestra pobre humanidad. Estos desalmados animales, tomaron camino hacia Teziutlán. Después supimos por los jugadores Tlaxcaltecas que afortunadamente aceptaron levantarnos que se trataba del infelíz asesino Gabriel Ávila Camacho y su clan que ya habían cometido un sinnúmero de fechorías en la fiesta popular de Tlatlauquitepec.

Ese multiasesino, tuvo por carcel Teziutlán, su ciudad natal, mientras fue presidente de la República su hermano Manuel, el “Presidente Caballero”. 

sábado, 3 de abril de 2010

EL POPO DEL LADO IZQUIERDO

Pues resulta que un día de tantos llegó a mi oficina una persona que deseaba hablar conmigo acerca de un proyecto que me quería encargar. Como es lógico lo recibí y   de inmediato me puse a las ordenes.

Se trataba de un joven que era enviado por el Gobernador de Puebla y para empezar me dijo que el “señor” quería que se le proyectara y construyera en el mínimo de tiempo posible su residencia en Lomas Virreyes. Se trataba de un hermoso terreno con poco mas de mil metros cuadrados y con vista al bosque de Chapultepec.

Esta persona me advirtió que no iba a haber forma de que yo tuviera alguna comunicación con el “señor” ó con alguien de su familia. Tendría que ser todo el trato a través de él. No tuve mas remedio que aceptar y para empezar, después de haber ido a conocer el terreno y de haber recibido el plano en el que se señalaban todos los datos de dimensiones, niveles y orientación, elaboré una lista de la información  que para mi era imprescindible para hacer un proyecto arquitectónico de buen gusto y útil.

Este individuo se retiró llevando consigo la referida lista y un recibo expedido por mi Contador refiriendo la cantidad que yo requería como anticipo para iniciar mi trabajo.Después de dos semanas, el emisario regresó con los datos requeridos y con un cheque a mi nombre. Eso dio lugar para que yo iniciara los trabajos relativos al proyecto. Para hacer mas explícitos mis planos los complementé con unos apuntes perspectivos para hacer sentir los espacios y el estilo que se me estaba solicitando.

Yo pensé que para el propietario y señor de la casa, quien ya estaba en la etapa final de su periodo como gobernador, lo mas importante de esa residencia iba a ser su muy personal oficina, así que le puse empeño en detallar lo mas posible el dibujo que a modo de fotografía le diera una clara idea de ese espacio. Así fue que en uno de los muros laterales de  su imaginaria oficina se me ocurrió sugerir un cuadro con un paisaje típico de Puebla con los volcanes Popocatépetl e Iztaccihuatl al fondo.

El famoso contacto viajó a Puebla llevando consigo el grupo de planos y dibujos y no me imaginé que estuviera de regreso en solo cuarenta y ocho horas. El venía muy regañado y traía la instrucción de cancelar el compromiso conmigo. Sus palabras fueron:

Me dijo el gobernador que ya me había advertido que por razones de la mas elemental discreción política no quería nada con ningún arquitecto poblano y yo equivocadamente recurrí a usted que es de allá. El descubrió su identidad cuando le hice ver que usted había dibujado el Popo a la izquierda del Izta porque el paisaje estaba visto desde Puebla por la sencilla  razón de que  usted es de allá………y sin más ni mas se puso furioso y me mandó a terminar con usted…..y……Colorín Colorado…..         


COMO HAN PASADO LOS AÑOS

En un tiempo relativamente corto se casaron mis tres hermanas Queta, Maruca y Lourdes.  Gracias a Dios que les concedió la maravillosa facultad de ser madre y por que no reconocer la chambita de sus correspondientes esposos mis cuñados Guillermo, Walter y Mario que muy cumplidamente y en la medida de sus diferentes capacidades, sembraron sus semillitas.

El primero en nacer fue José de Jesús, hijo de Walter y Maruca, desgraciadamente se presentaron problemas a la hora del alumbramiento y no logró vivir.

El segundo fue Guillermo, hijo de Guillermo y Queta, un lindo y enorme bebé que se fue transformando en un fortachón niño y mas tarde en un apuesto galán, además muy estudioso gracias a lo cual se recibió de ingeniero civil sin el menor problema.

Desgraciadamente Guillermo, a quien cariñosamente llamábamos Billy,  cuando tenía poco tiempo de estar ejerciendo su profesión, cuando apenas contaba con veintidós años, perdió la vida en un accidente de motocicleta en la carretera que lleva al lago de Valsequillo, cercano a la ciudad de Puebla.

El tercer nacimiento en la familia correspondió a un fornido guerito que en la pila bautismal recibió el nombre de su padre: Walter. Éste pequeñito tenía la particularidad de tener la cabecita llena de chinos.

Después de Walty llegó una linda nenita quien hasta la fecha se llama Lourdes “Luris”, en seguida: Patricia la linda “Paty” y de ahí en adelante: Laurita, Alejandro, Gerardo, Mario, Jorge, Lorena la “Lore”, Juan Carlos, Eduardo, Gabriela “Gaby” y para terminar la super campeona María Isabel.

El resto de mis sobrinos son hijos de mi hermano Humberto y su linda Elvis y ellos son: Humberto “Beto” jr., Héctor "Hectorino", la reina de la casa Verónica “Verito” y para terminar, Luís, el famosísimo “Wicho”.  

Y yo estoy de acuerdo en que el tiempo pasa y los pequeñines se vuelven grandotes pero creo que todo tiene una medida, no hay que ser!!!!!.  



viernes, 2 de abril de 2010

EL QUE RÍE AL ÚLTIMO, RÍE MEJOR

Se aproximaba el domingo de la Corrida de la Cruz Roja. La inolvidable y cómoda plaza de toros El Toreo de Puebla estaba pletórica como si hubieran regalado los boletos. En esa corrida los matadores y sus cuadrillas, los picadores, los ganaderos, el personal de ayuda en la plaza y hasta el Juez de Plaza, se abstendrían de pasar recibo, ó sea que el producto íntegro de la venta de boletos era en beneficio de la benemérita Cruz Roja de la ciudad de Puebla. La gente ya se instalaba en sus lugares en las distintas categorías de barrera, primero y segundo tendido, general, azotea y el mismísimo reloj.

El cartel, de lujo: “El Ave de las Tempestades” Lorenzo Garza, “El Faraón de Texcoco”  Silverio Pérez y el incomparable Mario Moreno “Cantinflas”.

Dos días antes de la corrida, me enteré de que estaban invitando a determinadas personas para que asistieran con sus automóviles convertibles llevando a bordo a tres ó cuatro damas  ataviadas al estilo Sevillano luciendo sus vestidos confeccionados en tan típica tela en rojo y blanco, sin faltar los claveles, los abanicos, las peinetas y las finas mantillas en negro ó en blanco. 

Recurrí a entrevistarme con mi entrañable primo Jorge Jiménez Bianchi para que me prestara su precioso Oldsmobile, vistoso convertible azul, apenas dos años viejo; lo llevé a lavar y a encerar e invité a mi juvenil prima Beatríz García Abaroa para que junto con sus amigas ataviadas adecuadamente, adornaran la parte trasera del auto.

Llegamos a la plaza, precisamente a la puerta por donde entran los toreros faltando unos veinte minutos para las tradicionales cuatro de la tarde. Nos llevamos la sorpresa de que ya estaban ahí formados dos Packards, un Cadillac y un Buick, todos último modelo y todos propiedad de distinguidos magnates angelopolitanos y llevando a bordo a cuatro grupos de encopetadas damas de la sociedad poblana. Los susodichos nos miraron con lástima y desprecio.

En seguida llegó un quinto auto, se trataba de otro Cadillac, otro ricachón y otras encopetadas señoras. Sin mas ni mas, los organizadores nos obligaron a replegarnos para dar paso al referido auto. En eso, cuando faltaban cuatro minutos para las cuatro, apareció una escuadra de escandalosas Harleys flanqueando al auto del genial Cantinflas quien al apearse y al grito de “Yo voy en éste”, se montó en nuestro Anticuado Oldsmobile y se sentó entre mis jóvenes y bellas invitadas. Los autos comenzaron a moverse y al entrar el nuestro al ruedo, Cantinflas se dejó ver  y saltó del auto para unirse a los matadores y formar parte del famoso Paseíllo.

Una vez más quedó comprobado que EL QUE RÍE AL ÚLTIMO,…RÍE MEJOR.