A mediados de octubre de 1990 recibí la
llamada de una persona de nombre Héctor Victoria quien se identificó como
Productor de Radio y me expresó que era
portador de una invitación que me hacía don Rafael Cardona Lynch director del
IMER (Instituto Mexicano de la Radio) para que participara en una serie de
quince programas dedicados al compositor Agustín Lara, a detalles de su vida y
a su amplísima obra musical y poética en su ya próximo 20º aniversario
luctuoso.
Al pasar los años y por mi afición al seguimiento de la obra y
de la vida del compositor Agustín Lara, tuve la oportunidad de conocer a
grandes personalidades, entre ellos a don Rafael Cardona Lynch que en esos
inolvidables tiempos de tiempos de la buena radiodifusión, llego a ser la
cabeza de las radiodifusoras XEB y XEW y en esos días como Director del IMER,
(Instituto Mexicano de la Radio).
Así fue que por tratarse de Agustín Lara y
de don Rafael persona muy respetada y reconocida en el medio de la
radiodifusión, de inmediato acepté.
Los programas serían grabados
indistintamente en las instalaciones del IMER y en los estudios de la XEB,
tendrían una hora completa de duración pues no habría tiempos perdidos por
publicidad.
Don Rafael Cardona L |
El estudio de grabación de
IMER capacidad: una Orquesta Sinfónica completa |
Al pasar los años y por mi afición al
seguimiento de la obra y de la vida del compositor Agustín Lara, tuve la
oportunidad de conocer a grandes personalidades, entre ellos a don Rafael
Cardona Lynch que en esos inolvidables tiempos de tiempos de la buena radiodifusión,
fungía como Director de la otrora importante XEW y últimamente del IMER,
(Instituto Mexicano de la Radio).
Con respecto a los quince programas ya
referidos, una condición muy de tomar en cuenta, era que el último, el número
15 debía pasar el 6 de noviembre de ese 1990 en que se recordaría el 20º aniversario luctuoso del maestro Agustín
Lara. Yo acepté de muy buen grado y nos preparamos para fijar la fecha de
inicio de los programas que serían de lunes a viernes a las diez de la mañana y
en vivo.
Iniciamos con el primer programa el 22 de
octubre de1990 en el que daba una somera
explicación de la intención de esa serie y desde luego ese día se trató del
origen tan discutido de donde nació don Agustín. Yo nunca me imaginé que una
hora de estar plantado frente a un micrófono fuera tan larga, simplemente
interminable.
A partir de ese primer programa, comencé a
incluir grabaciones muy especiales. Yo tenía la intención de no caer en la
rutina de hablar sobre lo que ya tanto se ha sabido sobre éste verdadero genio
musical, sino procurar referirme a las
cosas que de él se desconocen y de aprovechar dentro de las viejas y muy viejas
grabaciones que he logrado coleccionar dándolas
a conocer como una verdadera novedad.
Recuerdo que en uno de los primeros programas,
incluí números musicales interpretados por inimaginables cantantes como un par
de tangos grabados por el actor Joaquín Cordero, recuerdo los tangos: Lejos y
Adiós.
Joaquín Cordero |
Así, procuré ir llevando la historia de
Lara como persona, como artista, siempre refiriendo sus ilusiones, sus
aciertos, sus temores, sus odios y sus amores, pasiones muy propias de un genio
como fue el músico-poeta.
Yo estaba convencido que un programa en
vivo de una hora íntegra, sin interrupciones, etc., etc., podía hacerme caer en
el aburrimiento y en el fracaso. Por el contrario, sentí que había logrado una
buena reacción en el público radioescucha que hacía comentarios a base de
llamadas telefónicas a la cabina del programa pero yo no me quería conformar y dormirme
en mis laureles.
Logramos establecer un tiempo en que
atendíamos las consultas o comentarios del público que llamaba por
teléfono. Estaba convencido que el tema
“Agustín Lara” estaba vigente y que había un nutrido número de radioescuchas
interesados en disfrutar del programa.
Después del programa número seis y con la
intención de refrescar el interés del público comencé a dar otra forma a esos
largos 60 minutos que de pronto se fueron convirtiendo en menos largos. Entonces pensé en que al público oyente le
gustaría saber y escuchar a los artistas de aquellos tiempos y que afortunadamente todavía estaban en este mundo
y el programa tomó una muy agradable frescura.
Mi primer invitado fue el caballeroso
crooner Jorge Fernández quien siempre se distinguió como un tranquilo y
profesional artista. Para ese programa también agradecí la presencia del
magnífico acompañante al piano Reynaldo Corona. Las canciones que se escucharon
pasando en vivo fueron un verdadero acierto.
Jorge Fernández |
Para
un siguiente programa, justo el 1 de noviembre, aceptó mi invitación el tenor
Alejandro Algara que con tanto éxito interpretaba tanto las románticas
canciones Larescas, como las que integraban la famosa sute española. Alejandro
también cantó en vivo también acompañado por Reynaldo Corona. En ese
programa, Alejandro me solicitó que
pasara al aire la grabación de un popurrí de canciones de Agustín Lara que está
contenido en un LP que grabé a ocho voces con mi esposa Cristy y nuestros seis
hijos.
Alejandro Algara |
Así
fue que llegó el 6 de noviembre, 20º aniversario luctuoso del maestro Lara, el
inolvidable y entrañable Flaco de Oro y para ese programa que habíamos
considerado como el último, tuve la gran satisfacción de la aceptación del
doctor Marco Antonio Lazcano para asistir a la radiodifusora para comentar al
público radioescucha sobre cómo fueron los últimos días y los últimos momentos
del maestro Agustín Lara. Realmente fue
un acierto haberlo invitado y muy grato el que haya aceptado.
Dr. Marco A. Lazcano |
El distinguido médico ortopedista refirió
ante el micrófono de la XEB el caso, desde el principio hasta el fin. Hizo
mención de cuando recibió la llamada telefónica en su consultorio situado en el
número 411 de la calle de Homero en Polanco, muy cerca de la casa de Lara en
Edgar Alan Poe 308 esquina con la misma calle de Homero, solicitando su
presencia por la caída que había sufrido don Agustín, ahí mismo en su casa.
El doctor Lazcano, muy profesionalmente y
muy conmovido revivió aquellos días en que el compositor, para evitar
escándalo, puso como condición ingresar al Hospital ABC de Observatorio, bajo
el nombre de Carlos Flores y de ahí en adelante se refirió al proceso de su
tratamiento para fortalecerlo, al que desgraciadamente no respondió dando como
punto final su fallecimiento.
Con el programa referido anteriormente,
cerrábamos el ciclo con los que yo me había comprometido con el señor Cardona,
pero como para él fue tan satisfactorio el resultado de los programas que
habían sido transmitidos hasta ese día,
me pidió que siguiéramos adelante con unos programas más, hasta que su
jefe de programación pudiera sostenerlo.
Así fue que para los siguientes programas
con duración de una hora que en un principio se me hacían muy largos y ahora
con el camino andado los consideraba demasiado cortos.
Entonces, con la seguridad de que los programas
estaban siendo escuchados y disfrutados según el número de llamadas que
entraban a la cabina, hice una respetuosa y cariñosa invitación a Esperancita y
Paz Águila, integrantes y sin exagerar de “El mejor dueto de América”. Ellas
tuvieron la bondad de acudir y participar en un programa mucho muy interesante.
Esperanza y Paz Águila |
Después hicimos la invitación a uno de los
violinistas consentidos del compositor: Carlitos Águila, hermano de Esperanza y de Pacesita. El fue el
responsable de una gran cantidad de arreglos que logró para la grabación de los
discos del maestro. Carlitos acudió y en ese programa, además de contar sus
experiencias al lado del músico-poeta, hizo de las suyas con su mágico violín
alternando con el fino piano de Reynaldo Corona. La verdad es que hicieron un exquisito repaso
de las melodías de Lara.
Para los programas que se hicieron
posteriormente a la fecha pretendida como el final del ciclo, invité a mi
compadre Marco Antonio Muñíz, quien también aceptó con mucho gusto participar y así tener la oportunidad de
expresar lo que sentía por la obra del maestro.
Marco A. Muñíz canta a Lara. |
Marco, en su debido momento llegó a grabar
un buen número de canciones de Agustín Lara, pero tenía una especial
preferencia por: Sueño Guajiro, Mirame y
Palabras de Mujer, mismas que tuvimos la oportunidad de hacerlas sonar al mismo
tiempo de nuestra conversación.
Creo que mi colaboración que con tanto gusto
ofrecí y concluí, fue de la entera satisfacción de don Rafael Cardona Lynch y
de eso da fe la carta que me envió y que conservo con mucho gusto.
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