¡¡¡ESTA TANDA Y LOTRA CON UN SOLO BOLETO!!!
Como todos los años allá en la ciudad de Puebla, al igual que en muchas otras entidades de la república mexicana, a finales del mes de noviembre se comenzaba a sentir la cercanía del día doce de diciembre en que se venera a la Virgen de Guadalupe.
El templo consagrado a la Vírgen de
Guadalupe en el Paseo Bravo.
A la
izquierda y en primer término, el Big Ben
poblano conocido como “El Gallito”. |
Mis padres, mis hermanos y yo habitábamos una casa situada muy cerca
del templo consagrado a su veneración y por lo tanto durante cuando menos un
mes, sufríamos las incomodidades que nos provocaba la instalación y operación
de los juegos mecánicos entre los que nunca faltaban los caballitos, los
volantines, el avión del amor, el martillo, el pulpo, la rueda de la fortuna y
una bola de carpas de tiro al blanco, el atínale con los aros, la lotería, los
algodones de azúcar, los elotes hervidos, los jot queics y una gran variedad de
sopes, huaraches y tacos, que hacían casi imposible llegar en auto hasta la
cochera de nuestra casa.
Además de la larga lista de esos recursos de diversión, existían
también una serie de carpas que funcionaban como carpas de vodevil. En esos antros
se programaban una serie de funciones a partir de las siete de la noche y hasta
que se agotara la presencia del público.
La estrategia empleada en las dos ó tres carpas teatrales para
capturar al público era a base de regalar una serpentina de papel ó una paleta
Mimi si se compraban dos o más boletos
para la siguiente función.
También motivaban al público cuando el
empleado-potrero-maestro de ceremonias y publicista, situado al frente de la carpa, gritaba:
"Pásele, pásele ….. ésta tanda y lotra con un solo boleto”..
De
las tres carpas vodeviles que integraban ese género de expresión artística en
torno a la insinuación al pecado, la mejor, la de mejores bancas, la única que
tenía un micrófono y en la única en la que su eslogan era: ¡Estimado público,
ya vamos a empezar con la licencia de la
Virgencita de Guadalupe!!!!!era la que en el frente lucia su nombre en letras
de lentejuelas plateadas sobre fondo pintado en rojo vivo y circundadas por foquitos de
bolita que prendían y apagaban graciosamente en forma intermitente. El
referido nombre era, arriba y al centro: SALÓN.... y abajo y a todo lo largo:
"BALALAIKA".
Los salones “Elena” y “Amaro” eran similares aunque como de la
competencia como de la competencia, pero del “Balalaika” no existen fotos.
Pues resulta que precisamente
esa carpa había sido situada prácticamente
cerrando el paso a los autos que normalmente pasaban para conectar
nuestra calle con la avenida grande que era donde se situaban los juegos mecánicos
y demás instituciones. O sea que una de las fachadas laterales del tal
Balalaika colindaba con la calle donde yo vivía. Eso hizo que para mi y para mi
pandilla de amigos la sintiéramos como muy nuestra, muy privada, al grado de
que durante el día nos servía para cascarear nuestro frontoncito de mano.
Por lo regular el elenco artístico estaba integrado por una charanga
de tres ó cuatro desafinados y muy briagos músicos, un descuadrado cantante (el
ó ella) y un muy reducido grupo de bailarinas que se cubrían sus partes
peligrosas con unos holanes, flecos ó plumas que como ya estaban muy viejos y/ó
raídos, pues con toda malicia dejaban ver pa' dentro sus muy pecaminosos
interiores.
Otra argucia de la que se valían esos rústicos empresarios para
picar a los que querían entrar pero no se decidían era a base de que cuando
estaban en plena ejecución las vedets de Petatiux, corrían momentáneamente la
cortina que cubría la entrada para que se dieran un quemón y se decidieran a
entrar.
Yo, por ser vecino del lugar y por contar con solo doce anitos
andaba picado por entrar pero sentí que por lo mismo me lo iban a impedir,
entonces opte por el recurso de espiar por alguna de las rendijas de las
paredes de madera que estaban construidas a base de tablas en posición
vertical.
De plano me anime y oyendo la música de la charanga que daba a
entender que ya estaban bailando esas estrellas fugaces del metate me fui
acercando y seguro que desde mi calle nadie me estaba viendo, me pare de puntas
para librar las cabezotas de la raza que había pagado su boleto y entonces fue
que sufrí la primera impresión que casi me hizo vomitar.
Por la rendija que había elegido salía una corriente de aire tibio,
casi caliente impregnado en un aroma mezcla de cebolla, ajo y perejil, que no
era otra cosa sino la amalgama de sudor, pedo y zapato tenis ya muy usado. La
corriente de ese asqueroso tufo, hizo que me lloraran los ojos y por lo tanto
cuando busque el ángulo para divisar a las criadas disfrazadas de artistas se
me nublaba la vista. Entonces me retiraba de ese muro del pecado, me secaba los
ojitos y ahí te voy de nuez en repetidas
ocasiones comprobando que cuando caes en el pecado es materialmente imposible
salir de el.
Cuando tomaba ese obligado espacio de tiempo una y otra vez,
aprovecharla para checar que de las casas de mis vecinos y de la mía nadie me
estaba viendo, así es que órale, a seguirle, porque de lo que ya estaba seguro
es que las deformes tiples ya estaban muy motivadas por le respetable y
atendiendo a sus gritos de: ....mucha ropa, mucha ropa.....las viejas como que
condescendían y ya se habían quitado sus brasieres, situación que me ponía en
entredicho porque el calentón llego al grado de que ya no me importaba que me
vieran o no me vieran, lo que yo quería
era estar ahí prendido hasta que acabara el numerito con un desnudo total.
Pues estaba yo en eso, solo esperando que terminara ese número
estelar cuando de repente simplemente se me cerro el switch, no supe más de mi
y no fue hasta que después de no se que tiempo, recupere la onda en el interior
de una ambulancia de la Cruz Roja que había acudido a la solicitud de alguien
que tuvo la ocurrencia de pedir el servicio. Lo que más pena me dio fue la
presencia de mi mamacita que dentro de la ambulancia lloraba mientras me frotaba la frente con un poco de alcohol.
Los ambulantes dijeron que había perdido el
sentido por un golpe en la cabeza y que mi presión, temperatura y reacciones
estaban bien pero que recomendaban que al día siguiente me llevaran a hacerme unas
places del coco. Con cuidado baje de la ambulancia sentí lo que probablemente
experimenta Paquita la del Barrio a la estación del tren, cruce en medio de la
bolita de metiches que comenzaron a aportar información: "Yo vi quien fue,
fue uno que le dicen el columpio porque es cojito". Una señora gorda con
niño en brazos dijo: "Yo lo vi
correr dispués di que ti jodió y el desgraciado llevaba en la mano un cirio
como de dos cuartas de largo y así di grueso y no si quebró porque era de los
diantes y si es cierto quera cojito pero corría ritibién rapidísimo".
El arma casi homicida. |
Una vez dentro de la casa y ahí delante de mis azoradas hermanas, mi mamá me pregunto: A ver mijo, dime que paso, de que te acuerdas?.......y yo le conteste.....pues fíjate que yo pase por ahí y vi a unos cuates ya grandes que estaban muertos de risa espiando por las rendijas de la carpa y no me aguante y quise ver de que se reían y ya ves que mal me fué. Lo peor es que ese desagraciado me agarró a traición pero les juro que voy a estar bien pendiente y al primer cojito que me encuentre por ahí por la carpa Balalaika, le parto su madre.
Mi madre muy apurada me dijo: !hijo por Dios, acuérdate que tu Tio Pepe es cojito y yo se que le gusta mucho ir al Blanquita, no vaya a ser que se le ocurra acercarse por aquí y cometas un lamentable error.
Mi madre muy apurada me dijo: !hijo por Dios, acuérdate que tu Tio Pepe es cojito y yo se que le gusta mucho ir al Blanquita, no vaya a ser que se le ocurra acercarse por aquí y cometas un lamentable error.
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