Recuerdo
con gran emoción cuando en 1949 emigré de mi ciudad natal a la gran capital de
la república para continuar con mis estudios. Yo quería llegar a ser un
arquitecto y en mi Puebla querida no existía esa Facultad en la Universidad del
Estado.
Una vez inscrito en mi nueva escuela y resuelta la necesidad de contar con un alojamiento que me conviniera, lo primero que se me ocurrió fue cumplir con un gran deseo, conocer los puntos mas significativos de la Gran Ciudad de los Palacios, como era llamada en ese entonces la ciudad de México, así es que me organicé para visitar el Palacio Nacional, la Catedral metropolitana, el Museo Nacional en las calles de Moneda, el Palacio de Bellas Artes, el Castillo de Chapultepec y una docena más de interesantes e históricos lugares, sin olvidarme de los teatros de revista, los magníficos y baratos cines y los imperecederos cabarets.
Una vez inscrito en mi nueva escuela y resuelta la necesidad de contar con un alojamiento que me conviniera, lo primero que se me ocurrió fue cumplir con un gran deseo, conocer los puntos mas significativos de la Gran Ciudad de los Palacios, como era llamada en ese entonces la ciudad de México, así es que me organicé para visitar el Palacio Nacional, la Catedral metropolitana, el Museo Nacional en las calles de Moneda, el Palacio de Bellas Artes, el Castillo de Chapultepec y una docena más de interesantes e históricos lugares, sin olvidarme de los teatros de revista, los magníficos y baratos cines y los imperecederos cabarets.
Al margen de todo ello, yo tenía verdadera curiosidad por conocer
los estudios de la famosísima XEW que durante mi niñez y mi ya presente
juventud, me había formado como una verdadera fantasía en mi imaginación.
Por algo don Pedro de Lille la había bautizado como “La Moderna Chimenea del
Ensueño” pues por lo regular el aparato radiorreceptor se encontraba en el
lugar preponderante de la sala de casi todos los hogares como si fuera una
chimenea y en torno a ese maravilloso invento, la familia absorta y en
silencio imaginando y compartiendo lo que escuchaba.
Así fue que no tardé en trasladarme a las calles de Ayuntamiento y
después de una relativa espera formado en una cola, logré ingresar y ocupar una
butaca del Salón Azul y Plata. Para mi fue una gran satisfacción ver, oír y
sentir lo que era aquello que yo por años había imaginado.
Después de esa primera visita sucedieron muchas mas. Yo ya sabía como moverme para estar presente indistintamente en ese auditorio Azul y Plata y en el Verde y Oro. Yo asistía a uno u otro dependiendo del programa de que se tratara y de los horarios que pudiera yo aprovechar dado el programa de mis estudios en la escuela.
En esas dos inolvidables salas, conocí a casi todos los locutores a los que en aquellos tiempos se les llamaba “Anunciadores” entre ellos: al referido don Pedro de Lille, a don Manuel Bernal, al Bachiller Álvaro Gálvez y Fuentes, a Luís Cáseres, a Nachito Santibáñez, al Vate Ricardo López Méndez y prácticamente a toda la planilla que por cierto se manejaban magistralmente frente al respetable micrófono.
En cuanto a los artistas, pude ver y escuchar a famosos
compositores y excelentes músicos como Agustín Lara, Gonzalo Curiel, Mario Ruíz
Armengol, José Sabre Marroquín, Luís Arcaraz, Manuel Esperón, Wello Rivas, Juan
S. Garrido, Consuelito Velázquez, Miguel Ángel Valladares, el Jibarito Rafael
Hernández, Alfredo Nuñez de Borbón, Juan García Esquivel; Pepe Agüeros, El
Pianista de las Estrellas y a muchos más.
Tuve la oportunidad de disfrutar de la presencia y voz de artistas
de la talla de la soprano Mercedes Caraza, del pianista y compositor valenciano
José Iturbi, de la eximia soprano Ernestina Garfias, de la sin par “Chacha”
Águilar, del barítono Francisco Sierra Cordero conocido simplemente como Paco
Sierra y que después fuera el centro del escándalo, por haber puesto una
bomba en un avión para poder cobrar los correspondientes seguros de sus
supuestas víctimas. Afortunadamente sus macabros planes se le cebaron pues
nadie murió.
Recuerdo con simpatía a los grandes conductores de los diferentes
programas como a German Figaredo, a Luís Manuel Pelayo.
Entre
los cancioneros: Juan Arvizu, Pedro Vargas, el doctor Ortiz Tirado, Jaime Nolla
Reyes, Emilio Tuero, los Hermanos Martínez Gil, Nicolás Urcelay, Luís G.
Roldán, Fernando Fernández, los Cuates Castilla y entre ellas: Ana María
Fernández, las Hermanas Águila, Toña la Negra, María Luisa Landín, Chelo
Flores, Amparo Montes, Chelo Vidal, las Hermanas Caprino, Esmeralda,
Marilú, la fenomenal María Victoria y etc., etc.
Los cancioneros de orden ranchero llegaron a ocupar un lugar
preponderante en cuanto a las transmisiones radiofónicas: recordamos a Luís
Pérez Mesa, el Trovador del Campo; a Miguel Aceves Mejía, el Rey del Falsete;
al Charro Avitia, a Adrián Gallardo y entre ellas: Matilde Sánchez La
Torcacita, Rosa de Castilla, Manolita Arriola y Flor Silvestre. Todas éstas
voces que secundaron a las de Jorge Negrete, a Pedro Infante y a Lucha Reyes,
se lucían en los magníficos programas como los de La Hora Nacional y Así es mi
Tierra, que años después fuera transmitido por televisión.
Y ya que he tocado éste nuestro muy propio estilo de la música
ranchera, que se puede decir de nuestros incomparables grupos de mariachis. De
veras que se puede asegurar que es una forma de interpretación única y muy nuestra.
Éste género de la música ranchera, es indistinto oírlo y disfrutarlo a través
de una orquesta sinfónica ó a cargo de un mariachi, desde los más modestos
hasta los grandes como el Vargas de Tecatitlán, creado por don Gastón Vargas en
1898 y luego heredado a su hijo don Silvestre, así como el Mariachi
México de Pepe Villa; el Mariachi Dos Mil de Cutberto Pérez y el Gama Mil.
Ahora, debido a la impresionante invasión del gusto naco, el
mariachi incomprensiblemente, ha sido desplazado en gran porcentaje
por las famosas Bandas que de no ser la de El Recodo y la de El Limón,
las demás se pueden considerar como chafas ó del montón. Hoy en día
es relativamente fácil formar una Banda de ese tipo, solo se necesita comprar
una tuba bien brillosa, un acordeón, un trombón, una trompeta y un
sax que se pueden conseguir de segunda mano y cuatro ó seis tejanas ó petates
para coronar los trajes más cursis que pueda confeccionar un sastre de barrio
todo ello complementado con un buen par de botitas matapuercos que si se
consiguen en rosa mexicano, pues mejor.
También fue un lujo estar presente frente a Tin Tan y su carnal Marcelo; Paco Miller y su don Roque; el simpático Alpiste; Régulo y Madaleno; Manuel Medel y sus radiopacientes; los súper programas de Cri Crí; el de Los Niños Catedráticos y la Hora de los Aficionados con don Lencho; Ferrusquilla como don Celso Boquerones y su Banda de Huipanguillo, el grandioso Panzón Panseco y su formidable elenco y las primeras presentaciones de Pedro Infante.
También fue un lujo estar presente frente a Tin Tan y su carnal Marcelo; Paco Miller y su don Roque; el simpático Alpiste; Régulo y Madaleno; Manuel Medel y sus radiopacientes; los súper programas de Cri Crí; el de Los Niños Catedráticos y la Hora de los Aficionados con don Lencho; Ferrusquilla como don Celso Boquerones y su Banda de Huipanguillo, el grandioso Panzón Panseco y su formidable elenco y las primeras presentaciones de Pedro Infante.
Los grandes programas radiofónicos: “El que la
Hace…la Paga!!! y “Carlos Lacroix” con Tomás Perrín; “Chucho el Roto”; “Apague
la Luz y Escuche”, el DR. IQ con don Jorge Marrón, así como algunos
radioteatros que se transmitían ante el público presente como “El Cristo Roto”
y “San Martín de Porres” con la participación estelar de José Antonio Cossio.
Aunque no soy ninguna autoridad en la materia en relación
con la música y el espectáculo, si puedo presumir de haber asistido allá por
1949 y 50 a nuestro grandioso Palacio de Bellas Artes a presenciar y escuchar a
María Callas y Giuseppe Di Stefano interpretando entre otras, la Tosca de
Giacomo Puccini y Il Trovatore de Giuseppe Verdi.
También disfruté de las temporadas de la Orquesta Sinfónica
Nacional bajo la batuta del maestro Luís Herrera de la Fuente y no me olvido de
cuando yo mismo me sorprendí cuando me descubrí llorando mientras interpretaban
la Sinfonía núm.6 La Patética de Tchaikovsky. Dicho sea de paso, también en
Bellas Artes asistí en dos ocasiones a disfrutar del famoso y excelente Ballet
Bolshoi muy justificado orgullo de nuestros hermanos Rusos.
Ya que he tocado el tema de la música en sus distintas formas de
expresión, debo también referirme a la aparición de los tríos. Originalmente escuchábamos
a algunos tríos que más bien eran de tipo folclórico como pudieron ser el Trío
Tamaulipeco, el Trío Calavera, el Trío Argentino, pero de pronto se supo de un
trío de trovadores latinos que triunfaban con la canción romántica en Nueva
York.
Ese trío, autobautizado como “Los Panchos” y sabido
por todos, estaba integrado por los mexicanos Alfredo el “Güero” Gil en el
requinto y tercera voz; por Chucho Navarro, guitarra y segunda voz
y por el puertorriqueño Hernando Avilés, guitarra y primera voz. El Trío Los
Panchos indiscutiblemente fue intensamente grandioso y su aparición provocó la
creación de muchos, muchísimos tríos más entre muy buenos, mediocres y del
montón.
Entre los Tríos que se distinguieron, podemos
recordar a Los Tres Ases, en donde se consolidó Marco Antonio Muñiz al lado de
Juanito Neri; Los Tres Diamantes, que sobresalieron por la voz de
contratenor de Enrique Quezada y por haberse conservado a través de su larguísima
trayectoria con sus mismos tres originales integrantes; Los Tres Reyes, formado
en 1958 por los hermanos Gilberto y Raúl Puente y por Hernaldo Avilés
recién separado de Los Panchos. Los Tres Reyes son tan buenos, que hasta la
fecha hacen una imitación perfecta de Los Panchos; Los Tecolines, Los Santos,
Las Sombras y como cincuenta nombres más. La verdad es que la presencia de los
Tríos, hizo una verdadera época. Algunos de ellos se han sostenido hasta la
fecha.
Ahora, haciendo un doloroso alto en estos
nostálgicos comentarios, debo reconocer que quienes tuvimos la suerte de poder
disfrutar de esa bendita época de alta calidad musical en sus distintos
géneros, no supimos ó no quisimos hacer nada para preservar algo tan valioso,
estamos viendo con mucha pena que todo ello simplemente se acabó.
Yo creo que en mucho se debe a los intereses
económicos y muy personales de los incultos programadores de radio, los
intereses de las compañías grabadoras y la incultura de nosotros
que como sociedad, hace mucho que nos hemos dejado invadir por ese
verdadero e incontenible tsunami de algo espantoso que se llama “nacada”.
Es triste aceptar que nosotros, como pueblo de tan
brillante e interesante historia, lejos de cultivarnos nos hemos frenado y nos
hemos dejado superar por el desinterés y el mal gusto.
En donde quedaron nuestros artistas, ARTISTAS, en
donde está nuestro actual Pedro Vargas, que nació y murió cantando vocalizando
todos los días; en donde nuestro Agustín Lara, nuestro Chalito Curiel ó nuestro
Juanito Arvizu, nuestra Toña La Negra, artistas que se cuidaban, se cultivaban,
se presentaban respetuosamente ante el público cuidando además de su calidad
musical de su aspecto, su forma de vestir que podía ser modesta pero limpia y
bien planchada.
Ahora todo es distinto, nuestros comediantes y
algunos otros metiches y colados que no llegan a comediantes como el tal
Facundo, el Burro Van ranking, el Borrego Carlos Nava que quién sabe de donde
salió, otro más llamado Mauricio Castillo y el “simpatiquísimo” Omar
Chaparro que son unos verdaderos léperos que ya no recurren al doble sentido
moderado sino que se van derecho a su cruda forma de tan mal gusto. Que
pensaran de ellos sus hijos?;..... en donde está nuestro Jesús Martínez
“Palillo” que jamás pronunció una palabra altisonante, ahora es, la
vulgaridad en pleno.
Ahora, muy buena parte de nuestro elenco artístico
se reduce a algo parecido a la basura. Que podemos esperar si ahora el teatro
de revista, el radio y la televisión no nos ofrecen más que a especímenes como
Paquita la del Barrio y sus tres canciones de las ratas de dos patas;
compositores como el rústico Espinoza Paz que ha “superado” en mucho en cuanto
a ventas a los viejos e imperecederos compositores y a los contemporáneos como
Juan Gabriel, Juan Carlos Calderón y Manuel Alejandro y que, cuando aparece su
imagen en pantalla de inmediato y por salud mental es imprescindible cambiar de
canal.
En cuanto a las grabaciones de discos, en aquellos
tiempos el artista, cancionero ó cantante y la gran orquesta ó la
orquesta de cámara ó el piano ó el trío ó el mariachi grababan bajo la
dirección de un responsable de la producción pero todos al mismo tiempo,
sin parches ni pegaduras, con una gran responsabilidad y mucho
profesionalismo, en cambio hoy, ya no es necesario que todos los participantes
estén juntos a la hora de la grabación, pero, desde luego que no hay ningún
problema.
Primero graban los instrumentos guías, luego pueden
ser las cuerdas ó los metales ó las percusiones. Los músicos que no pueden
estar presentes hacen su parte cuando y a la hora que pueden y entonces agregan
lo suyo. Por lo que respecta a las voces, es lo de menos. Si el ó ella se
desafinan ó se descuadran, no importa, las computadoras con que cuentan los
estudios de grabación arreglan todo. Lo único que interesa es vender discos.
Por eso es que muchos de los autollamados artistas
no tienen la calidad y alcance para cantar en público algo que ya han grabado
con la ayuda de semejantes equipos y entonces no les queda mas que presentarse
haciendo Playback tomándole el pelo al público y eso no se vale..
Que pasa con doña Sofía Álvarez que complacía al
auditorio con su pícara y coqueta forma y su afinada voz pero siempre moderada
y sin faltar al respeto a nadie, ahora contamos con la presencia de una vedette
que es una verdadera facha y que está muy lejos de ser una cantante que pueda
complacer a un público conocedor.
Me estoy refiriendo a
la “Súper Estrella” Gloria Trevi de negro historial y que gracias a la pésima
memoria de nosotros los mexicanos ha pretendido borrar su asquerosa
trayectoria impartiendo el mal ejemplo a nuestra juventud. Sus sucias
experiencias al lado de Sergio Andrade y sus puercas aventuras con los
carceleros de Brasil no tienen nombre, pero un día amaneció decidida a que iba
a ser artista….y fue; cuando menos ella así lo cree. Cuanto tiempo ira a
durar en el interés de sus productores y de sus fans?
A que grado hemos llegado, que un ente como el
referido, llene el Auditorio Nacional. Es una verdadera vergüenza!!!... una
verdadera basura. En donde diablos está la Secretaría de Educación Pública y en
donde la de Gobernación.
Y dicho sea de paso, que hace en nuestro país
ese cáncer diabólico que lleva por nombre Niurka Marcos, prototipo de la
agresividad, de la petulancia y también del mal ejemplo? Es incomprensible que
una extranjera que está en calidad de huésped en nuestro país Agreda tan
constantemente a nuestra gente y Gobernación como si nada. Creo recordar que en
nuestra Constitución existe un artículo clasificado como el 33 que permite
expulsar a algún extranjero no deseable.
Volviendo a la Trevi, ella es un ejemplo de lo que
es una simple mujercita de excelente cuerpo pero que tiene que
recurrir a mostrar sus espléndidas formas lo más que puede para dar
gusto a su inculto público donde pulula un enorme porcentaje de nacos. Lo
injusto del caso es que se inició aprovechando el escándalo que traía
arrastrando ella y del morbosismo de sus manejadores y del público en
general y todo ello le ha permitido cobrar como si de veras fuera lo que
quiere hacer pensar que es.
Hoy en día se le llama cantante a cualquier
cancionero ó cancionera y se le considera pianista a cualquier pianero que sea capaz
de accionar un inocente piano ó un teclado sintetizador. Que ha pasado
con el gusto por nuestra música popular en todos sus aspectos?. Afortunadamente la música a la que se le ha llamado música culta se ha
conservado inmaculada, como debía de ser, aunque con muy escasa audición, pero
la triste realidad es que de nuestra música popular solo nos queda el recuerdo.
Y para terminar, solo nos queda una duda:
EN ÉSTO DE NUESTRA MÚSICA….
HASTA DONDE
VAMOS A LLEGAR????
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