En 1976 terminó felizmente el gobierno del Presidente-Psicópata Luís Echeverría Álvarez. El pueblo todo ya estaba muy cansado de las cosas equivocadas y raras que inventaba todos los días. Estábamos contando los días, las horas y hasta los minutos que le faltaban para entregar el mando porque no podemos olvidar la bola de barrabasadas que puso en práctica hasta el último día de su infernal gobierno.
Una de sus barbaridades fue romper con esa tradicional forma en que el Secretario de Gobernación era el que tenía mayor posibilidad para continuar en la Presidencia. El arbitrariamente acabó con esa disciplina y pasando sobre la prestigiada imagen de Mario Moya Palencia designo a su amigo José López Portillo Secretario de Hacienda para sucederlo en la Presidencia.
Don Pepe López Portillo no tuvo tiempo de formar equipo pero al fin y al cabo se sentó en la silla grande. Después de la funesta experiencia que vivimos los mexicanos soportando a un loco como el tal LEA por seis largos años y no teniendo otra alternativa, terminamos por aceptar a don José quien se fue ganando poco a poco nuestra confianza y simpatía.
Cuando se encontraba viviendo su etapa de presidente electo, acudió a una comida que se le ofreció en señal de adhesión y apoyo y en esa comida la música estuvo a cargo del grupo musical formado por la “Familia Musical Abaroa” integrada por Cristy, los seis hijos y yo. Los ocho tocábamos instrumentos y cantábamos, inclusive nos presentábamos en la tv en Siempre en Domingo, en el programa de Memo Ochoa y en el canal 13.
Durante esa comida, a través de uno de sus escoltas, nos pidió que interpretáramos “Collar de Perlas” y esa pieza no la teníamos puesta porque no era el tipo de música que practicábamos. En un rato mas ofrecimos una vieja canción mexicana que se llama “Déjame Llorar”. Cuando el se despidió del gran grupo de asistentes, aceptó fotografiarse con nosotros y entonces me dijo: No que no tenían “Collar de Perlas”?...entonces como es que la tocaron…No señor, la que tocamos se llama “Déjame Llorar” y en su letra dice algo del Collar de Perlas….pero “Collar de Perlas” es la que toca Glenn Miller.
Desgraciadamente, el resultado del periodo presidencial de don Pepe terminó en medio de un escandaloso desprestigio. Cometió muchos errores, devaluaciones, frivolidades, quiebra, desastre….lástima,…. nunca pude entender que le pasó.
Pasaron los años y ya en 1988 cuando terminaba el también pésimo gobierno de Miguel de la Madrid, don Pepe presentó su obra editorial “Mis Tiempos” en dos tomos que es una verdadera e interesante bitácora presidencial; por ello me interesó y la adquirí y la disfruté y la deposité en uno de mis libreros esperando la oportunidad para conseguir que don José me escribiera alguna dedicatoria.
Llegó el día, fue un sábado y a media mañana tomé mi auto y me dirigí a ese lugar profusamente conocido como “La Loma del Perro”. Al llegar frente a la amplia entrada, clavé mi coche sobre la banqueta, toqué el claxon y esperé la reacción.
Salió un soldado con su Mauser en la espalda y me dijo: ---Que quiere usté?....—Vengo a ver al Licenciado….y el tío se metió. Volvió a salir…---Tiene usté cita?, como se llama usté? y volvió a entrar... e increíblemente me abrieron las dos hojas del portón y con todo y auto entré con toda tranquilidad. Después de ascender por un zigzagueante camino cruzando una gran extensión de terreno de de yerbas no cuidadas, llegué a una plataforma en donde se encuentran las cocheras en donde había unos seis autos y el autobús Presidencial que ahí conservan.
Salió a mi encuentro un Mayor y me preguntó si tenía cita con el “señor” y le dije que había encargado en mi oficina que me gestionaran una cita para hablar con el licenciado. Le dije que yo solo deseaba que me autografiara su “Mis Tiempos”. Entonces el me propuso que le dejara los dos tomos y me llamaría cuando estuvieran firmados. Le pedí que aceptara que fuera don José quien decidiera, le dí un par de fotos en donde se le veía al centro de mi familia en torno a los instrumentos aquel día en que me pidió “Collar de Perlas”.
Cuando volvió a salir, fue para invitarme a entrar para entrevistarme con el. Bajó de un mezanine donde se encontraba pintando, me saludó muy cordialmente, recordó a mi familia de músicos pues fueron dos veces las que musicalizamos dos diferentes eventos, me preguntó que había pasado con cada uno de mis hijos, me escribió una primera dedicatoria: Para el Arq. Don Gabriel Abaroa Martínez con mi simpatía. Firma.
Conversamos, tomamos una taza de café, me puso una segunda dedicatoria: Fui corto: el recuerdo amable de una familia ejemplar, enriquece mis vivencias. Con mucho afecto. Vale. Rúbrica.
Para terminar, me enseñó una galería de cuadros pintados por el, me preguntó que entendía frente a cada uno de ellos, la verdad es que con muchísima pena no acerté en ninguno de ellos; me devolvió mis dos fotos, nos despedimos y hasta la vista don Pepe, no lo volví a ver……… pero conservo su obra con dos dedicatorias.
Para terminar, me enseñó una galería de cuadros pintados por el, me preguntó que entendía frente a cada uno de ellos, la verdad es que con muchísima pena no acerté en ninguno de ellos; me devolvió mis dos fotos, nos despedimos y hasta la vista don Pepe, no lo volví a ver……… pero conservo su obra con dos dedicatorias.
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