viernes, 16 de abril de 2010

EL CASTILLO DEL ARQUITECTO ARTIGAS... 1a. parte

El terreno era enorme, al grado que en determinado punto contenía un verdadero cerro. El jefe desde un principio pensó que la obra debía de situarse en la parte mas alta de esa loma. Justamente ahí se iniciaba una gran grieta que rápidamente se convertía en una profunda barranca y en torno a ella se debía desarrollar el proyecto.


Otra decisión de don Pancho fue que cada una de las habitaciones fueran hexagonales no debíamos pensar en cuadrángulos sino en hexágonos que fueran ligados uno con otro a base de conectores rectos. La solución resultó ser la interpretación moderna de una residencia de 2,600 metros cuadrados obedeciendo al estilo medieval pero con todo el confort que puede ofrecer la técnica y los equipos modernos.

Una particularidad del conjunto fue la presencia de una verdadera muralla que resguardaba las partes internas del conjunto contrastando con la transparencia de los techos de cristal de las áreas de circulación para comunicación de las distintas áreas.

La residencia debía constar de un área muy definida para las habitaciones de sus cuatro hijas y otra mas para sus tres hijos solteros. En el área de la recámara principal, los vestidores y guardarropa del señor y el de la señora con sendos y confortables baños.

Dentro de esa parte de la residencia debía incluirse una torre que ofreciera en su segundo nivel una sala para jugar billar y mas arriba un amplísimo mirador con posibilidades de 360 grados de espléndida vista.

Además, resolver con mucho esmero el buen funcionamiento del área recepcional que debía localizarse adyacente  a la alberca techada y a la biblioteca que además debía funcionar como sala para disfrutar proyecciones de cine de 35 mm.    

Para tener acceso a la plaza principal, debía de pensarse en un puente que cruzara parte de un lago que debía proyectarse y construirse. Este lago, funcionaría como un vaso regulador a prueba de tormentas y estaría recibiendo un abundante torrente de agua proveniente de una cascada hechiza a base de grandes rocas traídas de la montaña y un sistema de bombeo que de acuerdo a un horario programado estaría recirculando el agua por medio de dos bombas y tuberías de 4”.


La Plaza de acceso estaría presidida por una impresionante escultura ecuestre con un supuesto Rodrigo Díaz de Vivar,  “El Cid Campeador” misma que se le encargo con la debida anticipación al escultor catalán Julián Martínez.



Para completar el proyecto, había que considerar una amplia instalación que albergara una cancha de basquetball, volleyball y/ó badminton a cubierto que también sirviera para fiestas y además, una amplísima cochera con capacidad de dieciséis autos a cubierto, mas los que estuvieran en el taller de mantenimiento mas algunos que en determinado momento tuvieran que guardarse a descubierto.

5 comentarios:

  1. Hola Gabriel,

    Soy Santiago Corona Artigas hijo de Carmelita Artigas no sabes el gusto que le dio a mi mama haber visto esto, me cuenta que tiene muy buenos recuerdos de ti y nos conto que mi abuelito le decia que eras un genio como dibujante, que gusto haber visto esto, saludos y un abrazo

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    1. Hola Santiago,
      Muchas gracias por tu comentario.
      Saludos,
      Arq. Gabriel Abaroa Martínez

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  2. Muchos años trabajando codo a codo con mi papa y de ahí una entrañable amistad, gracias por todos esos momento de parte de mi padre!!!!.

    Atte.
    José Hernández
    (hijo de Germán)

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  3. ...parece que veo por ahi en los jardines al Arqui y a mi papacito, Enrique Palomo, que trabajo para el por muchos años. Lo recuerdo con muchisimo agradecimiento.

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    1. Estimada Adriana Isabel,
      Muchas gracias por su comentario. Recuerdo con mucho cariño y respeto a Don Enrique, su padre. Era un hombre de respeto.
      Saludos,
      Arq. Gabriel Abaroa Martínez

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