Homero Gayosso en ese entonces director
de Editorial Planeta, me invitó a escribir un nuevo libro. Anteriormente yo
había escrito El Flaco de Oro, biografía del eterno Agustín Lara y no
obstante que había sido mi debut como aprendíz de escritor y gracias a la gran
popularidad de tan importante y querido
personaje y al empeño y cariño que le dediqué a lo largo de muchos años
de investigación, resultó ser un éxito en cuanto a la aceptación del público
lector. Aquí entre nos, la verdad es que hice carabana con sombrero ajeno,
porque don Agustín siempre se
distinguió como un verdadero triunfador, como un excelente taquillero.
Ahora Planeta deseaba que trabajara en
la biografía de otro compositor y eso me hizo pensar en personajes de la talla
de María Greever, Gonzálo Curiel, Gabriel Ruíz, Consuelito Velázquez, José
Alfredo Jiménez, Mario Ruíz Armengol y muchos más, pero ninguno me
convencía dado que había empezado por el más intenso en cuanto a lo nutrido de
su obra, la calidad y popularidad de cientos de magníficas canciones en todos
los ritmos habídos y por haber, que había sido capáz de haberle cantado a España sin haber pisado alguna
vez su suelo y para rematar la retahila de mujeres que desfilaron como sus
compañeras, desde hermosas y deslumbrantes bailarinas, hasta alguna petulante
diva que se sentía parida por las hadas y que se llegó a creer ser la mujer mas
bella del mundo, María Félix.
En realidad, para mi muy particular
apreciación, la Félix fué una diabólica mujer de bello rostro, muy mal cuerpo y
mente podrida y toda ella nutrida de petulancia, soberbia y envidia. Ella llegó
a decir que si en el mapa aparecía un pueblo llamado El Álamo en el estado de
Sonora era porque ahí había nacido. La verdad es que lo peor es que nació en
una ranchería cercana a El Álamo llamada El Quiriego.
Entonces fué que le propuse al señor
Gayosso que en lugar de esa biografía me permitiera escribir algo en plan de
novela. A mi me gustaban mucho las novelas de Luís Spota y él señor Director,
estuvo de acuerdo.
Comencé a navegar y en eso sin pensarlo
empecé a recurrir a ciertos acontecimientos que había yo experimentado a lo
largo de mi vida para partir de
ahí, de alguno de ellos. Así fué que tomé la determinación, organicé todas mis
casi increíbles peripecias y pensé en la conveniencia de inventar un personaje
a quién le pudiera cargar la responsabilidad de mis barbaridades.
Así es que, lo logré imaginar, lo bauticé con el nombre de Gumaro
Alpuche Mendiola, para lograr que sus iniciales coincidieran con las mías y
para ubicarlo en lo que es la picara picaresca, simplemente lo hice nacer en
Alvarado, Veracruz en donde cuenta la tradición que todo mundo es muy mal
hablado, al grado de que por lo regular se saludan mentándose la madre pero eso
si, de buena fé, todo ello, en mi muy particular caso, con el propósito de
hacer la lectura amena y divertida,
cuidando de no exagerar la dosis de sal y pimienta.
Cuando terminé mi tarea de escribir
unas cuantas cuartillas y de entregar mi borrador a Editorial Planeta junto con
una veintena de viñetas hechas por mi mismo ayudando al lector con esos dibujos
caricaturizados a imaginar lo referido en la lectura, no me quedó mas que
esperar a que el libro que resultaría ser una novela sencilla, saliera con el
nombre de Onde andas Gumaro? y se hiciera realidad clasificándose como
una novela costumbrista.
La única condición fué que no debía
rebasar un número determinado de páginas abatiendo los gastos de edición debido
a que el país desde hacía ya tiempo, sufría todavía el golpe del terrible lunes
negro, el inolvidable 19 de diciembre de 1994 causado por la inexperiencia del inútil
politico mandamás en turno, quién respondía al nombre de Jaime Serra
Puche.
Acto seguido, había que organizar la
presentación. De inmediato los amigos se hicieron presentes, Eduardo Manzano,
conocido ampliamente como “El Polivoz” dueño de un impresionante talento y de
un envidiable carácter, aceptó prologar el libro y se mostró muy gustoso de
participar en la presentación; por otro lado, mi gran amigo Armando Jiménez
Farías, quien desgraciadamente ya no se cuenta entre nosotros, autor del libro
mas vendido en la historia editorial:
“Picardía Mexicana” también estuvo encantado de participar. El me hizo
prometerle darle el gusto de prologar el supuesto Gumaro II que posteriormente saldría
con el nombre de: Otra vez Gumaro?
Al mismo tiempo, el joven empresario
restaurantero que me distingue con su amistad Andrés Calderón Loredo, me ofreció
sin cargo alguno la concesión del uso del salón grande del restaurante “El
Caballo Bayo” en el que se instalarían unas trescientas sillas y al final del
acto se convidarían muy generosamente una buena variedad de bocadillos y un
sinnúmero de los mas variados tragos.
En la editorial pensaron que le estaba
poniendo mucha crema a mis escuálidos tacos, pues tenían mas que comprobado que
esas presentaciones se hacían con discreción entre unas treinta, máximo
cincuenta personas y que solo se acostumbraba ofrecer una copa de vino blanco
de mediana calidad y sin enfriar y eso era todo.
El resultado fué mejor de lo que
esperábamos, el amable público que espontáneamente asistió, ocupó el total de
la sillería y no dejó de reir pues como era de esperarse la sola presencia de
éstos dos monstruos del buen humor así lo requería.
En la mesa de los anfitriones, estuvo
presente el Director General de Editorial Planeta Homero Gayosso, la Directora
del Departamento de Promociones de esa empresa Mirta Trujillo, nuestros dos invitados
de gran lujo y yo como autor y responsable de tantas barbaridades incluidas en
tan peculiar lectura.
Siempre reconoceré con enorme gratitud
a Andrés Calderón Loredo su
generosa invitación y cálida acogida a tan exitosa recepción.
Posteriormente
a éstos acontecimientos, vinieron las invitaciones para promover el libro a
través de diversas entrevistas de radio y television. La primera fué en el
programa televisivo “Un Nuevo Día” en donde Cesar Costa y la guapísima Rebeca
de Alba, Gumaro en mano reían sin parar al contemplar las viñetas y leer
algunos de sus párrafos.
Por esos mismos días, una noche asistí
al foro 2 de Televisa San Angel al
popular programa nocturno “La Tocada” a cargo de la bellísima y
simpática Verónica Castro quien tenía como invitada a nuestra querida amiga la
popular y apreciada cancionera Amparo Montes. A unos minutos de iniciar la
transmisión, llegué a distinguir a Vero a quién daban sus últimos toques de
peinado y maquillaje.
Aprovechando que yo me encontraba
inmediato a un pasillo de la tribuna en donde sitúan al publico asistente,
abordé a una edecán que se dirigía al nivel inferior en donde se encontraba la
preciosa chaparrita y le pedí que le entregara ese libro porque yo se lo había
prometido.
Llegué a ver perfectamente como se lo
entregó y luego intuí que ella expresaba que no sabía nada sobre el caso, la
edecán de frente al público me trataba de localizar. Mientras tanto la Vero hojeaba
el libro y no podia disimular que su fugáz lectura le estaba causando risa.
Llegó el momento en que el Floor
Manager a través del sonido abierto pronunció advirtiéndo: “tres minutos para
entrar al aire, tomen sus posiciones y todo mundo a guardar silencio”.
El programa inició, después de las
conocidas imágenes de entrada, por fin aparece la brillante figura de la
querida conductora. La Vero toma
la palabra y anuncia con mucho placer que tiene una invitada fuera de serie, la
gran artista, la querida cancionera, la Señora Bolero, doña Amparo Montes.
En seguida, después de una muy
interesante entrevista a la artísta invitada y escuchado esa inconfundible voz
interpretando sus románticas canciones, Vero, dirigiéndose al publico ahí
presente y de frente a las cámaras de television, hace un comentario al que le
dá cierto ambiente de que estuviera confiando un secreto, diciendo al aire: “Muy
queridos amigos, les cuento que una persona del público presente, me ha hecho
llegar un ejemplar de éste libro que apenas he podido hojear y leer unos
cuantos parrafitos ahí entre líneas y nada más les digo que me ha hecho reír
mucho, muchísimo.
El libro se llama: Onde andas Gumaro y como
muestra de lo que les estoy diciendo ahí les va una probadita:
Y como cometiendo una infantil travesura, se aventó sin complejo alguno y
pronunciando con toda propiedad sus correspondientes frases muy alvaradeñas.
El público presente y ausente escuchó
lo que escuchó y supongo que lejos de criticar a la simpática Vero, habrán
reido. Yo en lo particular disfruté plenamente de ese acontecimiento y afortunadamente
conservo el obligado videocasete encomendando a que me lo grabaran en casa.
En radio entre otras, también guardo gratos recuerdos de la
inteligente y agradable entrevista que me hizo el periodista Eduardo Ruíz Healy
en su acreditado programa.
La experiencia mas grata que tuve en
torno a la publicación del tan comentado libro, fué cuando recibí una
comunicación de un grupo de personas residentes de la ciudad de Orizaba
Veracruz, representadas por el ingeniero Bernardo Servín Massieu felicitándome
y agradeciéndome por los buenos ratos que pasaron leyendo y comentando en grupo,
un capítulo en cada ocasión en que se reunian una vez a la semana. Uno de los
mas animosos del grupo era el respetable Párroco. A su solicitud, Planeta les
envió docena y media de libros.
También tuve conocimiento de que un
grupo de damas de Coyoacán que presidia la respetable señora Gloria Estavillo
L., y que se reunian dos veces a la semana a leer distintas y selectas obras,
además de la Biblia, optaron por dedicarle la mitad de su tiempo de lectura a Onde
andas Gumaro?
Cuando se presentó la oportunidad de
entregar el borrador de la segunda parte de la historia bajo el nombre de Otra vez
Gumaro?, me encontré con que en Editorial Planeta había un nuevo
director, se trataba de un economista llamado René Solís Brun, a quien seguramente
no le gustan las bromas ni lo que se puede llamar la auténtica picardía
mexicana y de plano no le simpatizó la idea de hacer una segunda parte de la
historia, así es que lo he guardado en un cajón esperando que si en algún
momento hubiera un nuevo cambio de manda más, la intención de una segunda parte
pudiera ser aceptada.
Gabriel Abaroa Martínez.
Gumaro Alpuche Mendiola
Leí por primera vez este libro a mis 8 o 10 años. hace muchos ya, y desde entonces ha sido mi libro favorito, cada año lo re leía al menos dos veces, era una historia que ya conocía bien pero que cada vez que la leía la comprendía más, con mayor edad y mayor experiencia entendía mejor la obra. Desafortunadamente por las inclemencias del tiempo aquel libro se mojó y más de la mitad se echó a perder. Quisiera adquirir una copia la he buscado mucho sin éxito estos últimos años, habrá aún alguna disponible?
ResponderBorrardonde puedo comprar el libro?
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